LOS ÁNGELES, 12 Oct. 16 / 03:31 pm (ACI).- En su nueva
columna semanal, el Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José
Gómez, aseguró a los fieles que el rezo del Rosario es el remedio para
la cultura del activismo, en la que “no tenemos
suficiente tiempo para orar” y “llegamos a
ver el tiempo que pasamos con Dios como un tiempo desperdiciado, un tiempo que
es aburrido o no productivo”.
Mons Gómez manifestó su preocupación sobre las nuevas tecnologías porque
“se están convirtiendo en algo más que simples
herramientas para ayudarnos a realizar tareas y a hacernos la vida más fácil. Me preocupa que estas
tecnologías estén cambiando la forma de pensar y la manera en que
experimentamos la realidad”.
El Prelado añadió que existe otro problema incluso más antiguo que las
nuevas tecnologías llamado “activismo” que
es una mentalidad que afirma que lo principal de la vida es la actividad y el “hacer”.
“Todos nosotros estamos sujetos a esta tentación, y
cada vez más en esta cultura de la comunicación constante. Creo que todos
nosotros conocemos bien esa sensación de quedar atrapados y consumidos por
nuestras actividades, incluso de las cosas buenas que estamos haciendo para
ayudar a los demás y en servicio del Evangelio”, indicó.
El Arzobispo de Los Ángeles también advirtió del peligro del activismo
porque “llegamos a ver el tiempo que pasamos con
Dios como un tiempo desperdiciado, un tiempo que es aburrido o no productivo”.
Incluso recordó las palabras del Papa Francisco sobre las personas que
están involucradas en actividades pastorales y que caen en el “activismo pastoral” calificado como “un peligro siempre presente”.
Frente a esta situación, y debido a que en este mes de octubre la Iglesia celebra el mes
dedicado al Rosario, que es la “oración perfecta
para estos tiempos de la distracción, un remedio para el activismo”.
“El Rosario es una oración contemplativa. Y todos
necesitamos más contemplación, más oración en nuestras vidas. Cuando rezamos el
Rosario, nuestros pensamientos se centran, con una atención amorosa, en Jesús,
en los misterios de su vida, en ese rostro que Dios vuelve hacia nosotros”.
El Prelado añadió que “cuando rezamos el
Rosario, nuestros pensamientos se centran, con una atención amorosa, en Jesús,
en los misterios de su vida, en ese rostro que Dios vuelve hacia nosotros”.
“El Rosario abre nuestros corazones al plan de
Dios, a su amorosa voluntad para nuestra vida. Esta oración nos enseña a
escuchar y a observar —tal como lo hizo la Virgen
María— los signos de los propósitos de la obra de
Dios en nuestra vida diaria. Esta oración nos enseña a confiar en Dios y a
tratar de hacer su voluntad en nuestras vidas, también a ejemplo de María”, indicó
Mons. Gómez.
Mons. Gómez propuso levantarse unos “15
minutos más temprano en la mañana podemos obtener el tiempo que necesitamos
para comenzar nuestro día con la oración. Por supuesto, eso significa irnos a
la cama un poco más temprano, a pesar de que podamos pensar que todavía tenemos
trabajo que ‘hay que hacer’”.
Por otro lado, el Arzobispo de Los Ángeles aconsejó que es necesario
generar un equilibrio entre el trabajo, la oración, el descanso y la recreación
y que no se tiene que rechazar la tecnología ni apartarse de las
responsabilidades sino que les debe dar el lugar que les corresponde.
Puede leer la columna completa AQUÍ.
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