BUENOS AIRES, 12 Oct. 16 / 09:06 pm (ACI).- “Rezar es provocar, pero… ¿Destruir bienes patrimoniales
es libertad de expresión?”, así comenzó el mensaje del párroco de
Nuestra Señora del Carmen en Rosario,
Argentina, P. Hernán Sevillano Castillo, que además lamentó los “momentos de pánico, angustia y ansiedad” que
vivieron los fieles a raíz de la violencia de la marcha del 31° Encuentro
Nacional De Mujeres (ENM) el pasado 10 de octubre.
El sacerdote publicó una
carta donde cuestiona el uso de la libertad de expresión que
hicieron las manifestantes de la marcha ENM, que como cada año cruzan el centro
de la ciudad que los acoge realizando desmanes, rayados y agrediendo de forma
verbal y física a quienes no comparten sus posiciones.
En esta ocasión intentaron profanar la
Catedral de Rosario y ya en 2015 derrumbaron la reja que protegía la Catedral de
Mar del Plata, agrediendo a los católicos con piedras, botellas,
pintura y artefactos incendiarios.
Cuando la marcha pasaba por fuera de la parroquia Nuestra Señora del
Carmen, a eso de las 6:30pm, el sacerdote se ve obligado a celebrar la Misa a puertas cerradas y
con las luces apagadas “para no provocar a un
montón de mujeres que reclaman sus derechos”, pero que “lanzan improperios, consignas y expresiones vulgares en
contra de la Iglesia
y de los ministros ordenados”, expresó.
En su carta el párroco pidió perdón a los feligreses que “soportaron más de dos horas” encerrados debido a
la “amenaza provocadora” de los
manifestantes que querían entrar al templo, y a los que no pudieron participar
de la Misa de las 8:00pm y que fueron “objeto de
toda clase de agresiones verbales y físicas” en la calle.
“Con toda firmeza exigimos el respeto de la fe
católica. Nosotros no somos el blanco de la pelea. La Iglesia no puede seguir
siendo el chivo expiatorio de una sociedad que cada vez que desea reclamar sus
derechos la emprende contra nosotros”, dijo el
P. Sevillano.
“Como institución también tenemos derechos que
deben ser reconocidos. Nuestros gobiernos de turno están en la obligación de
pedir las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales
que corresponden al estado democrático y de derecho, para seguir construyendo
una nación, más justa, en convivencia y libertad”, exigió el párroco.
Si bien consideró que “la libertad de
expresión es un derecho”, éste “no puede
atropellar la libertad de expresión de los otros, atentar contra la dignidad de
las persona en su integridad física, psíquica y emocional”.
“El principio de la libertad y del derecho, viene
marcado por el grado de mejora que queremos para conseguir una sociedad más
justa e incluyente”, dijo el sacerdote rosarino.
“Sin embargo considero, que el reclamar lo justo,
mis derechos, no me exime de decir la verdad, pues hacer uso de ella y
expresarla no es faltar al respeto. No es falta de respeto expresar que muchas
acciones como las ocurridas ayer (el domingo) a nuestro templo, personas y casa
parroquial y a otros sitios e inmuebles de la ciudad aniquilan la libertad de
expresión de los otros”, agregó.
Feministas en Rosario, Argentina. Muestra de lo
destructiva que puede ser la ideología de género. Ante todo destructiva para
las mujeres. pic.twitter.com/ZwFCljUeh1
— Amor en
Movimiento (@Amor_Movimiento) 10 de octubre de
2016
“Los derechos no se reclaman pisoteando y dañando
una ciudad, sus templos e insultando a sus habitantes. Actuar de esa manera no
es sano para ninguna democracia. ¿De qué sirve reclamar derechos si destruimos
la ciudad?, ¿qué sentido tiene rechazar la violencia con violencia?”, cuestionó el sacerdote.
El párroco precisó que “las mujeres tienen
el derecho de exigir lo que a su pensar es lo justo para sus fines y
propósitos. Pero, el reclamo de dichos derechos no debe atropellar la libertad,
la dignidad y el buen nombre de los demás” ya que “reclamar mis derechos
atentando contra otros, deja de ser libertad de expresión” y se
convierte “en el principio de la tiranía y la
desigualdad”.
En tanto, la presidenta de Familias del Mundo Unidas para la Paz
(FAMPAZ), Olga Muñoz, comentó a ACI Prensa que “con
el correr de estos años se observa un aumento marcado de la violencia en estos
grupos y un cuasi adoctrinamiento para destruir todo a su paso. A eso se debe
sus cantos contra la Iglesia, los sacerdotes, el gobierno y quienes piensan
diferente o pueden representar ante la sociedad un poquito de poder u orden”.
“Las instituciones y todo lo que hace que el hombre
viva ordenado al bien común, lo consideran un escollo para su libertad sexual”,
por eso en cada taller “de
la temática que sea” se pone énfasis y se deja por escrito “que todas quieren ‘el aborto legal y gratuito o
aborto ya’ y se enfurecen cuando no se logra este objetivo”, explicó.
Durante el desarrollo del ENM, la “intolerancia total
es una regla. Como es costumbre, las mujeres no admiten que alguien
piense diferente y abuchean en los talleres a quienes quieren hablar a favor de
la familia
o de valores que hacen a una mejor y pacífica convivencia”.
“En la intención de defender sus derechos, tratan
de destruir al hombre, como si fuera su gran enemigo. Es lamentable que nadie
se tome el trabajo de ayudar a aclararles que están pregonando una libertad que
esclaviza: como el aborto, y los anticonceptivos”, describió.
“Es lamentable que un encuentro que en su
propaganda decía que era ‘contra la violencia de género’, haya terminado con
tanta violencia, provocada por las mismas integrantes, mujeres, que organizan
los encuentros”, señaló.
Dijo que “esto demuestra una vez más que el
aborto es un acto violento, que engendra violencia entre quienes lo realizan y
entre quienes lo pregonan como solución a hacer con nuestro cuerpo lo que
tengamos ganas”. “Dios quiera estas mujeres encuentren paz en este Año de la
Misericordia para sumar y no restar al esfuerzo que todos hacemos por este
amado país”, sentenció Muñoz.
Por Giselle Vargas
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