Según investigaciones
científicas el mayor predictor de éxito personal en esta vida es la capacidad
de demorar o diferir la
gratificación, o sea lo que predica la Biblia, la auto-negación.
Y el historiador
económico Gerald Sirkin
cree que hay un recurso central no renovable que lleva al éxito a las
sociedades.
Este recurso X como él le llama, es una mezcla de tres valores fundamentales
que están en el centro de la moral judeocristiana: la justicia, la compasión y
la fidelidad.
Sin embargo hay una buena cantidad de católicos que tienen la sensación que debemos vivir
miserablemente en este mundo para obtener la salvación para el otro mundo.
COMO Y POR QUÉ FUNCIONA LA
AUTO NEGACIÓN
Hay un famoso estudio realizado con
malvaviscos que demuestra el valor de la auto-negación y hay
un TED
hablando de ello también.
En el estudio, hecho originalmente en
los años 60, los científicos sociales llevaron a niños de
cuatro años de edad, y los colocaron cada uno en una habitación. El moderador
le dijo,
“Tengo un malvavisco
(marshmallow) para ti. Puedes comerlo ahora mismo.
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O, puedes esperar hasta que regrese en 15 minutos, y entonces voy a darte un segundo malvavisco”.
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O, puedes esperar hasta que regrese en 15 minutos, y entonces voy a darte un segundo malvavisco”.
En el estudio original y en cada reproducción hasta
la fecha, sólo un tercio de los niños
fue capaz de evitar el consumo de su malvavisco.
¡Los videos
en la charla TED de niños tratando de esperar no tienen precio!
Lo más importantes es que los investigadores dieron
seguimiento a los niños; 15 años más
tarde, el 100% de los niños que no habían comido el malvavisco tuvieron éxito.
Los niños
que no comían su malvavisco en el plazo de 15 minutos obtuvieron un promedio de 213
puntos más en su SAT (evaluaciones para estudiantes en EE.UU.). Eran más
felices y saludables.
Y años más tarde, “ellos
hicieron más dinero, son más felices, tienen mejores relaciones, y son menos
propensos a tener problemas” que aquellos niños que no habían sido capaces
de resistir a diferir la gratificación.
La investigación
demostró que los niños que comían el malvavisco de inmediato eran
más propensos tener problemas en la vida.
En promedio, tenían más problemas de relación, no lo hacían tan bien económicamente y
tendían a ser más infelices.
La verdad es que, la cultura de hoy nos hace creer que la satisfacción inmediata y la
auto-indulgencia nos conducen a pastos más verdes de realización
personal y alegría.
Pero la realidad es que nadie
es llevado a una mayor felicidad a través de la auto-indulgencia.
Al
igual que el pecado, la auto-indulgencia nos sume en una caverna de oscuridad que nos lleva
a cada vez más oscuridad, hasta que estamos tan perdidos que no podemos
encontrar la luz.
En resumen, la ciencia ha hallado sin lugar a dudas
que resistir a la auto-indulgencia, o
sea practicar la auto-negación es buena para nosotros porque da mejores frutos.
La auto-negación – al
contrario de la creencia popular – no nos lleva a una vida terrenal de miseria
e infelicidad.
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No significa infligirnos una tortura a nosotros mismos para llevar una vida de servidumbre y sacrificio autoimpuesto.
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No significa infligirnos una tortura a nosotros mismos para llevar una vida de servidumbre y sacrificio autoimpuesto.
Tal negación de sí mismo – incluso en este mundo –
nos abre las puertas y amplia nuestras opciones. Porque al parecer, la auto-negación engendra éxito;
la auto-negación engendra felicidad.
Esto es lo que nos dice nuestra fe. ¿No es simbolizada por la propia cruz?
Cristo ha dicho: “Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24, Marcos
8:34, Lucas 9:23)
Y en palabras de San Pablo: “Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de
Dios, a que os ofrezcáis a vosotros
mismos como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: tal será
vuestro culto espiritual”. (Romanos 12: 1)
Nos
dicen que estamos llamados a negarnos a nosotros mismos en este mundo, para que
podamos disfrutar de la felicidad eterna en el otro.
Pero escasean
los mensajes de que también la satisfacción diferida, o sea la auto-negación,
también nos trae la felicidad en este mundo.
Lo más interesante de este hallazgo científico es
que en casi todos los círculos, se nos
dice que este mundo y el otro no valoran las mismas cosas.
O bien que se puede vivir en este mundo, o se puede
vivir para el cielo, pero no se puede
hacer ambas cosas. Pero la investigación demuestra que es falso.
En las Escrituras, se nos
advierte acerca de las tentaciones de este mundo. Sin embargo, la cultura
actual del mundo promociona lo contrario de la negación propia – la
auto-indulgencia, gratificación instantánea, la glotonería de todo.
¿Cómo
podrían las leyes de este mundo realmente estar en contradicción con las leyes
de aquel que hizo este mundo?
No lo están, sino lo que está en contradicción es la cultura que ha hecho el hombre.
La
felicidad en este mundo y la felicidad en el próximo deben ser consistentes y
lo son,
debido a que la felicidad sólo se puede encontrar en el bien.
La felicidad en el otro mundo
está supeditada a negarse a sí mismo, por Dios.
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Pero aquí está la cosa increíble, también en este mundo la investigación muestra que sucede lo mismo.
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Pero aquí está la cosa increíble, también en este mundo la investigación muestra que sucede lo mismo.
La ciencia demuestra que quien se auto-niega a si mismo recibe más adelante en este mundo mayores
beneficios que si uno hubiera sido auto-indulgente.
No
es cierto que debas ser miserable aquí con el fin de ser feliz en la vida
eterna.
Si vives para Dios en esta vida, no es necesario esperar a la eternidad. Lo más probable es que disfrutarás de un
mayor éxito y felicidad aquí en la tierra también.
En
pocas palabras, en este tema Ciencia y Dios predican el mismo mensaje: la
auto-negación cosecha grandes recompensas siempre.
Te
alegrarás de haber recogido tu cruz tal vez antes de lo que piensas.
Vimos como la
auto-negación produce éxito personal en la vida. ¿Pero qué es lo que además
produce el éxito en las sociedades?
LOS VALORES CRISTIANOS QUE
HACEN PROSPERAR A LA SOCIEDAD
El historiador económico Gerald Sirkin
cree que hay un recurso central no
renovable, que produce la
prosperidad de las sociedades.
Este recurso X es una mezcla
de tres valores fundamentales que curiosamente están en el centro de la
moral judeocristiana: la justicia, la compasión y la fidelidad.
Sirkin defendió estos tres valores en base sólo a datos económicos históricos y
sin ninguna referencia a las Escrituras.
La definición de Sirkin de cada valor del recurso X
es la siguiente:
Justicia
= Equidad en las relaciones personales y en las decisiones
del liderazgo más macro.
Compasión
= Cuidar a los demás y piedad cuando están en necesidad,
junto con la afirmación por la comunidad de los propósitos compartidos de
nuestras vidas en la tierra.
Fidelidad =
Rendición de Cuentas de nuestras relaciones, promesas y propósitos
mejora la colaboración y capacita para los logros, expresado activamente a
través de la responsabilidad.
Estos
tres valores del recurso X son el centro de la ética hebrea como se expresa
en Miqueas 6: 8, Oseas 6:12 y en otros lugares.
Y
también están en el núcleo de las enseñanzas de Jesucristo; en Mateo 23:23
Jesús enseña la justicia, la misericordia y la fidelidad.
Muchas
traducciones dicen “la justicia, la misericordia y la fe”, pero tanto el contexto
como los textos paralelos en los Profetas dejan claro que “fidelidad” es la
traducción más exacta de la palabra griega “pistis”.
Por ejemplo en la mitología griega, Pistis era la
personificación de la buena fe, la confianza y fiabilidad.
Se
necesitan años para generar este recurso X en cantidad significativa dentro de
cualquier persona, organización o sociedad.
Se trata de un conjunto de valores
éticos y actitudes que producen la autodisciplina necesaria para la integridad
personal, el afecto de la familia, las riquezas relacionales, los negocios, la
vitalidad profesional, la vitalidad económica, y otros buenos resultados que
deseamos.
Como historiador de la economía, Sirkin demuestra
con autoridad la correlación histórica
entre estos valores en la población general de una comunidad o país y la
vitalidad que resulta de la salud social de dicha comunidad, el crecimiento
económico y el desarrollo, de los negocios y los logros profesionales.
¿Cómo
podrían estos valores contribuir al crecimiento personal y económico? Veámoslo más en
detalle.
Sobre la Justicia:
Una
comunidad de personas disciplinadas en la imparcialidad y la justicia logra de
forma natural niveles altos de cooperación porque aquí la gente entiende y confía en lo que
se espera de ellos y otros más rápida y precisamente.
Por otra parte, la gente que es justa y equitativa
se entiende mejor, porque hablan el “mismo idioma”.
La
libertad personal se puede ampliar porque en las personas justas se puede
confiar más fácilmente por sus clientes, sus directivos, sus empleados,
su gobierno.
Los
clientes tendrán más probabilidades de ser atraídos por sus negocios, los gerentes
podrán fomentar el ingenio y espíritu de empresa, los empleados pueden así
trabajar con mayor compromiso y energía, y los gobiernos pueden incluso ser
menos capaces de imponer reglamentos que pudieran ser onerosos.
Por lo tanto, la cooperación y la confianza que la justicia provoca, equipa,
y libera a la gente para usar sus energías creativas de forma que
mejoren las comunidades y empodera aún más su crecimiento económico.
Sobre el Cuidado y la
Compasión:
Los
niveles de atención proporcionan el pegamento de la vinculación de la sociedad.
Sin
algún compromiso humano respecto a la salud y el bienestar, la sociedad se
deteriora.
Además, tanto las personas como las empresas deben “hacer el bien” a los demás
con el fin de crecer.
Por el contrario, los problemas de productos inseguros y de mala calidad y la alienación en el
trabajo de los empleados crean niveles de desconfianza y apatía personal
que sólo puede inhibir la satisfacción y crecimiento sostenido.
La
calidad de la actividad personal y de los negocios afectará al futuro de la
sociedad
que lo rodea, en la que la misma actividad debe continuar creciendo.
La
preocupación social debe, por lo tanto, ser un interés estratégico de las
personas, iglesias, comunidades y negocios.
Hacer
“lo bueno para los demás” y un cierto nivel de la misericordia y atención
es esencial para una vida vibrante.
Sobre la Fidelidad:
Por último, la fidelidad y la rendición de cuentas
contribuyen al crecimiento personal y económico.
El
uso eficiente de los recursos es un requisito obvio para el crecimiento
económico sostenido.
Decisiones
bien pensadas, una evaluación cuidadosa de los mercados, inventarios controlados,
formación oportuna y oportunidades de reciclaje, decisiones estratégicas, la
calidad de vida enfocada en el trabajo, son las opciones responsables que
pueden permitir y sostener el crecimiento personal y económico.
Estos valores judeocristianos
principales son la ecología principal para el desarrollo de las personas,
familias, iglesias, comunidades y negocios vibrantes, responsables y
cumplidores.
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Ellos sostienen una sociedad estable, un tejido de cuidado mutuo, miembros de la Iglesia conformes, vecinos agradecidos, clientes y empleados satisfechos, gerentes motivados, y mucho más.
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Ellos sostienen una sociedad estable, un tejido de cuidado mutuo, miembros de la Iglesia conformes, vecinos agradecidos, clientes y empleados satisfechos, gerentes motivados, y mucho más.
¡Jesús
tenía razón, por supuesto! Estos tres valores -justicia, misericordia y
fidelidad – importan mucho.
Foros de la
Virgen María
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