BOGOTÁ, 31 Ago. 16 / 05:30 pm (ACI).- El Arzobispo de Los Ángeles,
Mons. José Gómez, sugirió recientemente que el Papa Francisco se inspiró en la
reflexión de San Juan Pablo II
sobre la misericordia para promoverla como su programa y clave de su
pontificado.
Así lo indicó el Prelado de origen mexicano, que lidera la arquidiócesis
más grande de Estados Unidos, durante su intervención el 30 de agosto en el
evento de celebración del Jubileo de la Misericordia en América que se realizó
hasta ayer en Bogotá, Colombia.
En su ponencia titulada “Sólo la
Misericordia es creíble: El Papa Francisco y la Misión Continental en toda
América”, Mons. Gómez dijo que “el programa
de misericordia” del Santo Padre “está
enraizado en una profunda reflexión espiritual sobre la visión profética de San
Juan Pablo II”.
En primer lugar, el Arzobispo explicó “un
simple hecho que creo que todos ya sabemos: el Papa Francisco no ‘ha inventado’
la misericordia”.
Desde la noche de su elección en marzo de 2013, recordó, los medios
seculares “han insistido en una narrativa que
presenta al Papa Francisco como un punto de quiebre respecto a los Papas que lo
precedieron y como un reformador radical de las desfasadas enseñanzas de la Iglesia y su tradición”.
Por supuesto, continuó, “todos sabemos que
esta narrativa de la ‘discontinuidad’ no es cierta” pero “aunque el Papa no ‘ha inventado’ la misericordia, sí es
cierto que él ha sido profético al reconocer que la misericordia es la
‘palabra’ que los hombres y mujeres deben oír ampliamente hoy en nuestro
mundo”.
“De un modo más profundo, creo que la visión del
Papa Francisco está enraizada en haber descubierto una ‘clave’ espiritual del
pontificado de San Juan Pablo II. Creo que este punto necesita aún mayor
estudio, pero sí me parece que podemos ver las prioridades pastorales y las
perspectivas del Papa Francisco ya anticipadas en la sección final de la gran
encíclica del Santo, Dives in
Misericordia”.
El Arzobispo de Los Ángeles explica que “en
el hermoso y casi
místico pasaje final con el que concluye la encíclica, el Papa Juan Pablo II afirma
que la misericordia es una respuesta profética a las ‘múltiples formas de mal
que pesan sobre la humanidad y la amenazan’”.
Allí también, prosigue, el Santo Papa “exhorta
a los cristianos a ‘practicar la misericordia para con los hombres a través de
los hombres’; alienta a la Iglesia a redescubrir las ‘características maternas’
del amor de Dios por sus hijos; y a seguir ‘el ejemplo de María’ y buscar ser
‘madre de los hombres en Dios’”.
Estos temas, explicó el Prelado, “caracterizan
la predicación y el testimonio del Papa Francisco”.
ANTÍDOTO PARA LA
DESCRISTIANIZACIÓN
“Desde los primeros días de su pontificado, el
Santo Padre ha guiado a la Iglesia a una especie de ‘retorno a las fuentes’:
una recuperación de la misericordia como la clave de las Escrituras y la
historia de la salvación; entendida también como los cimientos de la actividad
pastoral de la Iglesia y la vida
de todo cristiano”, explicó el Arzobispo.
En todo esto, remarcó, “creo que el Papa
Francisco nos muestra una forma nueva, resaltando un camino a seguir para la
Iglesia en un mundo que se encuentra en un momento crítico de la historia”.
La misericordia, que el Papa Francisco testimonia siempre en primera
persona en su pontificado con obras muy concretas, es lo que necesita el mundo
de hoy que vive amenazada por “la secularización y
la descristianización” que dominan “los
países de América y en todo Occidente”.
“Podemos estar de acuerdo en que las élites que
gobiernan y modelan la dirección de nuestras sociedades están profundamente
secularizadas y son hostiles a la religión, los valores religiosos y la cultura
tradicional”, denunció el Prelado.
“No vemos una persecución violenta en nuestras
sociedades, como sí la sufren nuestros hermanos y hermanas en Medio Oriente,
África y otros lugares. Pero en nuestros países sí vemos cada vez más a las
élites usando todo el poder de la ley y las políticas públicas para imponer sus
perspectivas y prioridades, que buscan negar los derechos y libertades de los
que no están de acuerdo con ellas”.
Mons. Gómez explicó que “estamos
confrontados en nuestras sociedades con un ‘humanismo’ poderoso y falso: un
peligroso conjunto de creencias sobre lo que significa ser humano y lo que
permitiría la felicidad y el florecimiento humanos. Esta falsa visión está
enraizada en suposiciones materialistas y hedonistas que están completamente
opuestas a la verdad revelada en la tradición cristiana“.
Además, dijo, “este falso humanismo es opuesto a la consideración de que
la persona humana es creada a imagen de Dios y tiene como destino la santidad y
la comunión”.
TESTIMONIAR LA MISERICORDIA EN
PRIMERA PERSONA
El Arzobispo de Los Ángeles resaltó asimismo que “el testimonio siempre es más poderoso y más persuasivo que las
palabras, como bien sabemos, pero esto se vuelve más crucial en una sociedad
que niega la realidad de Dios, la relevancia de la fe y la libertad de
consciencia”.
“En una sociedad post cristiana, la misericordia
–vivida a través de las obras del amor– se convierte en la mejor “prueba” de la
presencia de Dios y su poder”, continuó.
El Papa Francisco, dijo el Prelado, “resalta
que la misericordia no es una virtud pasiva, tampoco una estrategia ‘de
defensa’ de la Iglesia ante una cultura hostil. La misericordia es misionera,
está conducida por un amor universal por la humanidad, por un deseo de
salvación y liberación de la persona humana”.
“La misericordia busca sacar a los hombres y
mujeres de su soledad y llevarlos al encuentro de la hermandad con el Dios
viviente”.
“Nuestra práctica de la misericordia lleva a la
transformación del entorno, ya que podemos comenzar a ver el mundo a través de
los ojos misericordiosos de Cristo. Y así, podremos ver los inicios de una
cultura del encuentro, que es la puerta de entrada a un nuevo mundo de fe, una
ciudad de amor y verdad”, subrayó.
Mons. José Gómez puso luego como ejemplo a San Junípero Serra,
canonizado en septiembre pasado por el Papa Francisco, quien decía en uno de
sus sermones que Dios “es misericordia completa,
completo amor y completa ternura para todos, incluso para los pecadores más
desagradecidos”.
Hacer conocer esto a los hombres, para que también sepan que el Señor es
camino, verdad y vida, “es nuestra misión ahora”, precisó.
“Que este Año Jubilar de la Misericordia nos
renueve y nos dé un nuevo coraje para proclamar la Buena Nueva de que el amor
de Dios es más fuerte que el mal y la muerte en el mundo de hoy, y que su
misericordia puede encontrarse en la misericordia que mostremos unos con
otros”.
Para concluir, el Arzobispo de Los Ángeles hizo votos para “que la Virgen de
Guadalupe –Madre de Misericordia y Madre de la Nueva Evangelización–
nos ayude a todos a ser discípulos misioneros y mensajeros de la misericordia
divina”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario