Los acontecimientos más insignificantes en la vida, pueden dejarnos una profunda enseñanza.
1.- LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE
Durante
mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un
examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las
preguntas, hasta que leí la última: “¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia
la escuela?”
Seguramente
esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que
limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años,
pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre?.
Entregué
mi examen, dejando la última pregunta en blanco.
Antes de
que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta
contaría para la nota del examen. “Absolutamente”, dijo el profesor. “En sus
carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos
merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: “¡Hola!”.
Nunca
olvidé esa lección. También aprendí que su nombre era Dorothy.
Todos
somos importantes
2.- AUXILIO EN LA LLUVIA
Una
noche, a las 11:30 p.m., una mujer afroamericana, de edad avanzada estaba
parada en el acotamiento de una autopista de Alabama, tratando de soportar una
fuerte tormenta.
Su coche
se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda
mojada, ella decidió detener el próximo coche.
Un joven
blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todos los conflictos que habían
ocurrido durante los 60. El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a
obtener asistencia y la puso en un taxi. Ella parecía estar bastante apurada.
Ella anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.
Siete
días pasaron, cuando tocaron la puerta de su casa. Para su sorpresa, un
televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo a su casa. Tenia
una nota especial adjunta al paquete. Esta decía: “Muchísimas gracias por
ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino mi
espíritu.
Entonces
apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido
agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por
servir a otros desinteresadamente.
Sinceramente:
La Señora de Nat King Cole.”
No
esperes nada a cambio y lo recibirás
3.- SIEMPRE RECUERDA AQUELLOS A
QUIENES SIRVES
En los
días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un
establecimiento y se sentó a una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente
de él. “¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?” pregunto el niño.
“Cincuenta centavos”, respondió la mesera. El niño sacó su mano de su bolsillo
y examinó un número de monedas. “¿Cuánto cuesta un helado solo?”, volvió a preguntar.
Algunas
personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco
impaciente. “Treinta y cinco centavos”, dijo ella bruscamente. El niño volvió a
contar las monedas. “Quiero el helado solo”, dijo el niño. La mesera le trajo
el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño
terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella
empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio.
Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos… su
propina.
Jamás
juzgues a alguien antes de tiempo
4.- LOS OBSTÁCULOS EN NUESTRO
CAMINO
Hace
mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se
escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda roca. Algunos de los
comerciantes más adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente le
dieron una vuelta. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los
caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del
camino.
Entonces
un campesino vino, y llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca,
el campesino puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del
camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía su
carga de vegetales, notó una cartera en el suelo, justo donde había estado la
roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey
indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino. El
campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.
Cada
obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno.
5.- DONANDO SANGRE
Hace
muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford,
conocí a una niñita llamada Liz quien sufría de una extraña enfermedad. Su
única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de
su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma
enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.
El doctor
explicó la situación al hermano dela niña, y le preguntó si estaría dispuesto a
dar su sangre a su hermana. Yo lo vi dudar por solo un momento antes de tomar
un gran suspiro y decir: “Si, lo haré, si eso salva a Liz.”
Mientras
la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su
hermana, y sonriente mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana,
viendo retornar el color a las mejillas de la niña. Entonces la cara del niño
se puso pálida y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz
temblorosa: “¿A qué hora empezaré a morirme?
Siendo
solo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda su
sangre a su hermana. Y aun así se la daba.
Da todo
por quien ames.
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