La única manera de saber qué semilla
alberga un árbol en su interior es sembrándolo. Cuando se siembran actos de
bondad y generosidad hacia los demás, uno nunca llega a saber qué poderoso
árbol puede crecer de esa pequeña semilla.
Cuando damos lo mejor de nosotros mismos,
no sabemos los milagros que pueden operarse en nuestra vida o en la vida de
otro.
Colosenses 3:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
Efesios 6:7
Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres.
Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres.
Eclesiastés 11:6
De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas.
De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas.
Eclesiastés 9:10
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz lo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol a dónde vas.
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz lo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol a dónde vas.
Eclesiastés 11:7
Agradable es la luz, y bueno para los ojos ver el sol.
Agradable es la luz, y bueno para los ojos ver el sol.
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