La Virgen del Pilar dice que no quiere
ser francesa; que quiere ser capitana de la tropa aragonesa.
La Virgen siempre halla maneras de expresar sus preferencias. En 1808 se valió
de algún anónimo compositor aragonés para poner en su pluma estas coplas
irrepetibles que se cuentan entre las más populares de todo el repertorio
jotero de España. Y ahora, siempre astuta, siempre sabia, ha encontrado la
manera de decirle al Sr. Maduro,
a la sazón presidente de la República Bolivariana de Venezuela fundada por ese
ser tan pintoresco como esperpéntico llamado Hugo Chávez, que se deje de historias y de pajaritos, y que se
ponga como se ponga, la Virgen no es bolivariana.
Miren Vds. lo que ha ocurrido. En Barquisimeto, en el estado de Lara, en el oeste de Venezuela, se colocó un gigantesco repostero de 10 x 10 metros a la mayor gloria de los gobernantes que están llevando a la miseria a ese gran país que en los años 50 era tan rico y dio de comer a tantos españoles, notablemente vascos: en el lado izquierdo del enorme repostero, una representación de la Divina Pastora de Barquisimeto, patrona del estado de Lara, una antigua imagen capaz de congregar ante ella cada 14 de enero que sale en procesión a nada menos que tres millones de venezolanos; en el derecho, el retrato de los tres grandes próceres del bolivarismo: el propio D. Simón (Bolívar), a la izquierda; de dimensiones aún mayores, opacando nada menos que al gran padre de la patria y en pleno centro de la escena, la carota del ínclito D. Hugo (Chávez); y un poquito detrás, como el lidercillo que aún no se atreve a desembarazarse de su papá político el cual todavía le tiene que susurrar al oído, valiéndose de un pajarillo, las cositas que hay que hacer, y cuya estela se le aparece dibujada por los muros, el pequeño Nicolás (pero no el español, que también podría haber sido, sino Maduro).
Miren Vds. lo que ha ocurrido. En Barquisimeto, en el estado de Lara, en el oeste de Venezuela, se colocó un gigantesco repostero de 10 x 10 metros a la mayor gloria de los gobernantes que están llevando a la miseria a ese gran país que en los años 50 era tan rico y dio de comer a tantos españoles, notablemente vascos: en el lado izquierdo del enorme repostero, una representación de la Divina Pastora de Barquisimeto, patrona del estado de Lara, una antigua imagen capaz de congregar ante ella cada 14 de enero que sale en procesión a nada menos que tres millones de venezolanos; en el derecho, el retrato de los tres grandes próceres del bolivarismo: el propio D. Simón (Bolívar), a la izquierda; de dimensiones aún mayores, opacando nada menos que al gran padre de la patria y en pleno centro de la escena, la carota del ínclito D. Hugo (Chávez); y un poquito detrás, como el lidercillo que aún no se atreve a desembarazarse de su papá político el cual todavía le tiene que susurrar al oído, valiéndose de un pajarillo, las cositas que hay que hacer, y cuya estela se le aparece dibujada por los muros, el pequeño Nicolás (pero no el español, que también podría haber sido, sino Maduro).
A la Virgen debió de parecerle demasiado tanta
parafernalia virgo-bolivariano-chavista-comunista y decidió expresarse ante los
confundidos feligreses en la manera que estimó más oportuna. Y de repente, ante
la mirada atónita de los soldados de la Policía Militar que custodiaban el
repostero, -una demostración más de la ejemplar separación existente en Venezuela
entre Estado, Ejército y Religión-, se produjo la completa rasgadura del
repostero de arriba a abajo por el justo eje vertical que separaba la imagen de
la Pastora de la de los tres próceres, el masón Bolívar, el bolivariano Chávez
y el chavista Maduro. Curioso
¿verdad?
La historia de la Divina Pastora de Barquisimeto es muy bonita, por lo que aprovechando la divertida escaramuza que acaba de protagonizar, se la voy a contar también: dos por el precio de uno.
En 1736 el párroco de Santa Rosa, en la ciudad de Barquisimeto, encarga a un escultor en España que le realice una Inmaculada Concepción. Por un extraño error, en lugar de la Inmaculada acaba llegando a Barquisimeto una imagen de la Divina Pastora que el gran escultor utrerano Francisco Ruiz Gijón (1653-1720) había realizado en 1705. El párroco, naturalmente, intenta devolverla, pero por mucho que lo intenta, y de manera parecida a como ocurriera con la patrona de la Argentina, la Virgen de Luján (pinche aquí para conocer su interesante historia), levantar el cajón en el que la imagen había sido colocada resulta imposible, interpretándose el evento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse en Barquisimeto.
La historia de la Divina Pastora de Barquisimeto es muy bonita, por lo que aprovechando la divertida escaramuza que acaba de protagonizar, se la voy a contar también: dos por el precio de uno.
En 1736 el párroco de Santa Rosa, en la ciudad de Barquisimeto, encarga a un escultor en España que le realice una Inmaculada Concepción. Por un extraño error, en lugar de la Inmaculada acaba llegando a Barquisimeto una imagen de la Divina Pastora que el gran escultor utrerano Francisco Ruiz Gijón (1653-1720) había realizado en 1705. El párroco, naturalmente, intenta devolverla, pero por mucho que lo intenta, y de manera parecida a como ocurriera con la patrona de la Argentina, la Virgen de Luján (pinche aquí para conocer su interesante historia), levantar el cajón en el que la imagen había sido colocada resulta imposible, interpretándose el evento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse en Barquisimeto.
Durante
el terremoto que aconteció en 1812, y aunque el templo en el que se veneraba
cayó destruido, la imagen quedó milagrosamente intacta, demostrando una vez más
que la Divina Pastora no abandonaba a sus barquisimetanos. Algo que, según
parece, ha vuelto a demostrar ahora, cuando un nuevo terremoto asuela no sólo a
la ciudad, sino el entero país.
Mi agradecimiento a mi amigo Paco M., que me ha encontrado la divertida escena navegando por las procelosas aguas interneteras, y a Vds., como siempre, por estar de nuevo ahí: que hagan mucho bien y que no reciban menos. ¡Hasta mañana!
Mi agradecimiento a mi amigo Paco M., que me ha encontrado la divertida escena navegando por las procelosas aguas interneteras, y a Vds., como siempre, por estar de nuevo ahí: que hagan mucho bien y que no reciban menos. ¡Hasta mañana!
Luis
Antequera
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