Almudena entra de
carmelita en la Encarnación de Ávila.
El Convento
de la Encarnación de Ávila, donde Santa Teresa fue priora antes de empezar su
etapa de fundadora de comunidades, ha acogido recientemente a una nueva
hermana: ha tomado el hábito en una ceremonia en la que la joven se ha
incorporado a la comunidad de las carmelitas descalzas de la que forman parte
30 hermanas, el número máximo fijado.
Tras la muerte de una de las monjas -hace una semana- a los 99 años de edad, la joven Almudena, de 22 años, ha tomado el hábito en una ceremonia celebrada el domingo al mediodía, enmarcada por los cánticos de las singulares voces de las monjas, de las que ahora la mayor cuenta con 87 años.
La nueva monja es hija del psiquiatra Enrique Rojas y de la notario Isabel Estapé, que viven su cristianismo dentro de la espiritualidad de la Prelatura del Opus Dei. A su fundador, San Josémaría Escrivá de Balaguer, le citó en dos ocasiones el oficiante en la homilía.
Durante cuatro meses Almudena ha sido postulante para, a partir de este momento ejercer el papel de novicia, que la llevará dentro de un año a profesar tres votos y, en tres años, a la profesión perpetua.
Con el nombre de Almudena María de la Esperanza, la nueva carmelita siguió la ceremonia desde la clausura, detrás de la verja y con sus nuevas compañeras. La diferencia es que ella porta hábito blanco a diferencia del color carmelitano.
Su llegada a la Encarnación es "un regalo que nos hace la Virgen", dijo el oficiante, "triple" para ella, porque lo hace en la festividad de la Almudena -su nombre-, aparte de que la primera comunión la tomó en la madrileña catedral del mismo nombre.
El rito de la postración ante sus compañeras y sus respuestas de compromiso a la entrada en la vida monástica fueron al comienzo de la celebración, porque al final familiares y asistentes pudieron ver, quizá en el momento más emocionante, como todas las monjas, una a una, la daban un fuerte y emocionado abrazo de bienvenida.
En los ruegos de la ceremonia, las tres hermanas de la nueva monja no olvidaron la consulta catalana y pidieron, entre otras cosas "por España, para que en un día tan especial como el de hoy, nuestras diferencias se conviertan en un punto de unión y fraternidad". "Que la Virgen de la Almudena y la Virgen de la Mercé protejan a todos los españoles (...)", añadieron.
En los últimos tres años han ingresado otras tantas nuevas monjas al monasterio en el que un día entró Santa Teresa, y cuyo aniversario se celebró hace unos días con la llegada de su imagen al cenobio.
Tras la muerte de una de las monjas -hace una semana- a los 99 años de edad, la joven Almudena, de 22 años, ha tomado el hábito en una ceremonia celebrada el domingo al mediodía, enmarcada por los cánticos de las singulares voces de las monjas, de las que ahora la mayor cuenta con 87 años.
La nueva monja es hija del psiquiatra Enrique Rojas y de la notario Isabel Estapé, que viven su cristianismo dentro de la espiritualidad de la Prelatura del Opus Dei. A su fundador, San Josémaría Escrivá de Balaguer, le citó en dos ocasiones el oficiante en la homilía.
Durante cuatro meses Almudena ha sido postulante para, a partir de este momento ejercer el papel de novicia, que la llevará dentro de un año a profesar tres votos y, en tres años, a la profesión perpetua.
Con el nombre de Almudena María de la Esperanza, la nueva carmelita siguió la ceremonia desde la clausura, detrás de la verja y con sus nuevas compañeras. La diferencia es que ella porta hábito blanco a diferencia del color carmelitano.
Su llegada a la Encarnación es "un regalo que nos hace la Virgen", dijo el oficiante, "triple" para ella, porque lo hace en la festividad de la Almudena -su nombre-, aparte de que la primera comunión la tomó en la madrileña catedral del mismo nombre.
El rito de la postración ante sus compañeras y sus respuestas de compromiso a la entrada en la vida monástica fueron al comienzo de la celebración, porque al final familiares y asistentes pudieron ver, quizá en el momento más emocionante, como todas las monjas, una a una, la daban un fuerte y emocionado abrazo de bienvenida.
En los ruegos de la ceremonia, las tres hermanas de la nueva monja no olvidaron la consulta catalana y pidieron, entre otras cosas "por España, para que en un día tan especial como el de hoy, nuestras diferencias se conviertan en un punto de unión y fraternidad". "Que la Virgen de la Almudena y la Virgen de la Mercé protejan a todos los españoles (...)", añadieron.
En los últimos tres años han ingresado otras tantas nuevas monjas al monasterio en el que un día entró Santa Teresa, y cuyo aniversario se celebró hace unos días con la llegada de su imagen al cenobio.
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