Las personas de 65 y más años superarán pronto a los niños menores de cinco años por primera vez en la historia. Lo dice un estudio publicado por la Oficina del Censo de Estados Unidos.
Por: Víctor Ruiz | Fuente: ForumLibertas
En 2040, más ancianos que
niños: el problema no es el exceso de población mundial sino su envejecimiento
Un estudio estadounidense confirma lo que otros ya anunciaron antes, que existe
un desequilibrio entre el crecimiento de la población y el de los recursos de
subsistencia.
Las personas de 65 y mas años superarán pronto a los niños menores de cinco
años por primera vez en la historia. Lo dice un estudio publicado por la
Oficina del Censo de Estados Unidos y elaborado por dos de sus expertos, Kevin
Kinsella y Wan He, quienes fijan ese pronto para el año 2040.
El informe advierte de que el envejecimiento tendrá una considerable
repercusión económica: La reducción del porcentaje
de trabajadores respecto al de pensionistas y del número de personas que pasará
una mayor parte de su vida como jubilados incrementará los actuales impuestos
sanitarios y los sistemas de pensiones.
Este estudio estadounidense no hace otra cosa que confirmar lo que otros ya
hicieron antes, y es que el problema no es el exceso de población mundial, sino
su envejecimiento.
Además, existe un desequilibrio entre el crecimiento de la población y el de
los recursos de subsistencia, denuncia también Ángel Luis Toledano en su libro
Hacia el equilibrio de la población mundial. Toledano es licenciado en Teología
por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y Master en Doctrina Social de
la Iglesia por el Instituto Social León XII de la Universidad Pontificia de
Salamanca.
TODOS LOS PAÍSES DE TODAS LAS REGIONES
El proceso de envejecimiento se da tanto en los países desarrollados como en
los que están en vías de desarrollo, y el estudio de la Oficina del Censo
insiste en los efectos que esta evolución puede tener sobre la economía, en
especial sobre el coste de las pensiones, los gastos públicos en sanidad y la
evolución del producto interior bruto.
El envejecimiento está afectando a todos los países de todas las regiones del
mundo, declaró Richard Suzman, del Instituto Nacional del Envejecimiento, el
organismo que encargó el informe.
Aunque hay importantes diferencias entre países desarrollados y países en vías
de desarrollo, el envejecimiento global está cambiando la naturaleza social y
económica del planeta y presentando retos difíciles, agregó.
Al mismo tiempo, el estudio señala que si la economía de los países evoluciona
favorablemente el incremento de la edad no tiene por qué ser perjudicial. No
obstante, cita datos de 2006 de la Comisión Europea según los cuales el coste
de las pensiones, de la sanidad y de los cuidados médicos a largo plazo
supondrá un incremento del gasto público y redundará en un descenso del
crecimiento del producto interior bruto de cada país. A falta de cambios políticos,
el crecimiento potencial económico de la UE podría reducirse a la mitad hacia
2030, afirma el documento.
Esta cuestión también la planteaba en abril del pasado año un informe del Banco
Mundial, que revelaba que la evolución de la población en Europa, con una gran
disminución de nacimientos debida en gran medida al aborto, pone en serio
riesgo la sociedad del bienestar y los sistemas de pensiones.
QUIEBRA DE LA NATALIDAD
Todo ello conduce a la conclusión de que, a diferencia de quienes afirman que
el inconveniente es el exceso de población, el envejecimiento es el principal
problema a resolver; un envejecimiento que tiene en la caída de la natalidad
una de sus principales causas.
Así lo explica Toledano en Hacia el equilibrio de la población mundial: El futuro del crecimiento o equilibrio de la población
mundial depende básicamente de la natalidad y la mortalidad.
Según el teólogo, el envejecimiento tiene dos causas básicas: una, la quiebra
de la natalidad desde hace años y, otra, los bajos índices de mortalidad por
enfermedad, accidentes, etc..
Los países desarrollados en 1960 tenían el 30% de la población menor de 19 años
mientras que en la actualidad (2004) apenas supera el 20%; mientras que en el
otro extremo de la estructura demográfica en 1960 los mayores se acercaban al
15% de la población en la actualidad ya son más del 20% y en las próximas
décadas superarán el 30% añade en su libro.
El grupo que crece más rápidamente es el grupo de personas mayores de más edad,
es decir, los que tienen 80 años o más, puntualiza.
Asimismo, este experto recuerda que a causa de este envejecimiento acelerado
se ha suscitado el temor a la quiebra de la seguridad social para las personas
mayores en un futuro no lejano.
Por otra parte, Toledano advierte de cuáles son las principales consecuencias
económicas de la inversión de la pirámide demográfica por el descenso de la
natalidad y el envejecimiento de la población.
La disminución del consumo; la variación del tipo de gasto aumentando la
sanidad, la atención personal o el ocio para los mayores; la disminución de la
demanda de vivienda; la falta de mano de obra en las empresas, que se cubrirá
probablemente con la llegada de inmigrantes; la riqueza estará en manos de las
personas de más edad; la modificación de ingresos y gastos públicos que
comportará el envejecimiento de la sociedad, concreta.
ESPAÑA, EL PAÍS MÁS VIEJO
En su libro, Toledano también apunta hacia España como uno de los países más
afectados por el envejecimiento: De acuerdo con un informe de Naciones Unidas
de 2002, el país más viejo en 2050 será España.
La población española está encabezando las
tasas de natalidad más bajas del mundo, como ya se ha señalado, con lo que la
proyección de esta tendencia llevaría a la disminución de la población en las
próximas décadas, agrega.
Otros informes anteriores insisten en este punto y, por ejemplo, datos del
Banco Mundial y de Eurostat prevén que España estará en el grupo de los países
de la UE con mayor tasa proporcional de jubilados con un 35,6% de la población
frente a un 52,9% de personas que estarán en edad de trabajar en 2050.
Por su parte, volviendo al libro de Toledano, la responsabilidad que surge ante
el envejecimiento de la población exige, según el autor, adoptar medidas basadas
en el desarrollo integral de los pueblos y
una propuesta de adecuadas políticas familiares, de promoción de la mujer, de
atención al desarrollo social de las áreas rurales y, en definitiva, de acciones concretas que favorezcan la
evolución equilibrada de la población mundial.
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