Mons.
Robert Prevost, de la Diócesis de Chiclayo
El Templo
Catedral de la Diócesis de Chiclayo ha reabierto sus puertas a los feligreses,
y ofrece Misas con Comunión exclusivamente en la mano a través de una mampara y
Confesiones presenciales o por vía telefónica.
(J.G./InfoCatólica) Ya, en el mes de marzo, al
inicio de la cuarentena, otro prelado del Perú, Mons. Reinhold Nann -obispo de
Caravelí, al sur del país- redactó un comunicado ‘dando permiso’ «para que los sacerdotes
puedan escuchar confesiones por teléfono». Sin embargo, cinco días después publicó un nuevo comunicado donde
anulaba el permiso otorgado. Esto tras la publicación de una Nota de la Penitenciaría Apostólica
sobre el Sacramento de la Penitencia en la actual situación de pandemia. En esa nota se recuerda que «también en la época de Covid-19» este sacramento «se administra de acuerdo con el derecho canónico
universal y según lo dispuesto en el Ordo Paenitentiae», que exigen la
presencia física del penitente y del confesor.
Ahora es Mons. Robert
Prevost, de la Diócesis de Chiclayo, el que al establecer las medidas
para la reapertura de su catedral en una publicación de su página
oficial de Facebook, indica que «el horario de
las Confesiones será de lunes a sábado de 9 a 12h, y a través de celular». Hecho que los medios de comunicación han confirmado al
cubrir la reapertura del templo.
Tanto Mons. Reinhold Nann como
Mons. Robert Prevost son obispos recientes, ambos de fuera de Perú y
consagrados por el Papa Francisco. Al presente, el obispo de Chiclayo es
también administrador apostólico ‘sede vacante’ de
la Diócesis del Callao tras la renuncia del anterior titular, cargo que no
extrañamente precede a la toma de posesión del territorio administrado.
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