Durante la visita que el 1 de noviembre hizo la
imagen peregrina de la Virgen de Fátima a una cárcel argentina, se registró un
hecho que se hizo viral en las redes sociales, y fue el gesto que tuvieron los
presos de uno de los pabellones, que castigados en sus celdas se esforzaban por
tocar la imagen con pañuelos mientras se rezaba el Rosario.
Desde inicios de abril la imagen mariana recorre el país. Como parte de
su peregrinación, visitó la mañana del viernes la Unidad Penal 48 de la Unidad
Penitenciaria Número 17 de San Martín, en Buenos Aires. Recorrió todos los
pabellones, con un recibimiento especial en el Pabellón 10, donde los presos se
encontraban encerrados en sus celdas, castigados por hechos de violencia
cometidos esa semana.
Damián Donnelly, fundador de los Espartanos, fundación que por medio del
rugby y la espiritualidad busca apoyar a convictos a reincorporarse a la
sociedad, comentó en un testimonio publicado por Misión Fátima Argentina
en su página de Facebook, que la imagen “llegó en
un momento ‘malo’. Esa semana, dentro del penal habían ocurrido hechos de
violencia muy serios en un enfrentamiento entre dos pabellones”, “como consecuencia
de ello, el Pabellón 10 no se podía visitar.”
La imagen pasó por cada pabellón, donde se rezó una decena del Rosario
entre aplausos y cantos, pidiendo “por los
muchachos engomados (castigados y encerrados dentro de la celda por varios
días) del pabellón 10”, comentó Damián, quién hace seis años empezó con
el rezo de la oración mariana cada viernes con los presos de la unidad.
“Pasamos por la puerta del 10, cerrado. Pero se
escuchaba a los muchachos ‘engomados’, que rezaban el Rosario desde sus celdas”.
Los encargados hablaron con el servicio
penitenciario para poder ingresar, y ellos accedieron a dejar pasar a unos
pocos, “la Virgen había actuado. Fue
impresionante”.
Damián comenta que solo podían circular por el pasillo, entre las celdas
para dos personas, pero ocupadas por cuatro o cinco presos. La Virgen “se detuvo en cada puerta para que los muchachos tuvieran
un tiempo con ella para tocarla, pedirle y rezarle. De las mirillas y de la
ventilación de la puerta solo podían salir manos o brazos que tocaban la Virgen
con gran respeto, afecto y cariño”.
“Era una escena del Dante. Las almas del Purgatorio
pidiendo aunque sea tocar la Virgen. Esos brazos tatuados que salían buscaban
consuelo, libertad y amor. Y lo encontraban por ese instante”, comentó Damián, señalando que el pabellón rezó el Rosario completo.
“La Virgen había ‘transformado una cueva de
animales en una casa de Jesús, con una montaña de ternura y unos pocos trapos’,
como dijo alguna vez Francisco. Nosotros, agradecidos de haber podido disfrutar
de ese momento en primera fila” concluyó.
La página de Misión Fátima Argentina publicó el dos de noviembre que los
presos del pabellón 10 se comprometieron a rezar el Rosario a diario, como
señalan ellos mismos: “¡A partir de hoy: Rosario
diario, Regla local!”, mostrando el impacto que ha tenido en sus vidas
la visita de la Virgen.
La Virgen de Fátima seguirá recorriendo Argentina,
visitando diferentes iglesias de Buenos Aires.
Redacción ACI Prensa
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