sábado, 15 de junio de 2019

SOBRE EL PADRENUESTRO, ALGUNAS CONSIDERACIONES


Zelenka ayer escribía:

Padre Fortea, quiero pedirle un favor, que nos dé su opinión sobre la traducción del nuevo Padrenuestro que dice "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden". Yo rezo siempre el Padrenuestro antiguo porque me parece que no es lo mismo una deuda que una ofensa. Puede haber deudas sin ofensas y ofensas sin deudas. Es seguro que ya haya escrito algo sobre esto, pero no estaría de más repetirlo.

Efectivamente, no es lo mismo decir “cielo” o “cielos”, “ofensas” o “deudas”, “mal” o “maligno”, o “no nos dejes caer en la tentación” que “no nos conduzcas a la tentación”. En el futuro, no descarto hacer una nueva serie de sermones sobre el tema en mi canal:

A tu pregunta, Zelenka, te diré que lo que debió decir Jesús en arameo debió ser “deudas”. No voy a explicar aquí las razones de crítica textual por la que afirmo eso. Pero a la misma conclusión llegaron en la Antigüedad y por eso en latín dice debita nostra. Los antiguos no conocían el whatsup, pero eso no significa que fueran tontos. La traducción por "ofensas" no es ninguna traición. Mateo dice "deudas", Lucas dice "pecados": perdona nuestros pecados. O, más literal: perdonanos los pecados.

Lo que subyace en todo esto, en el fondo, son dos modos de acercarse al texto sagrado. Unos se acercan postrándose ante el Misterio, considerando que no deben cambiar nada del mensaje divino. Podemos conservarlo, transmitirlo y meditarlo. Mientras que otros consideran que ese mensaje hay que adaptarlo, hacerlo más humano, y que para eso no pasa nada por hacer pasar por texto bíblico lo que es una especulación.

El pro multis es solo un ejemplo. Se pueden poner más ejemplos en los que los traductores (incluso en textos oficiales de leccionarios) no han tenido el cuidado que se esperaba de ellos. El caso más claro es que en vano buscaréis el versículo del leccionario que dice cuánto le cuesta al Señor la muerte de los justos. Una frase inventada de principio a fin. Es más, el sentido del texto hebreo dice justamente lo contrario: O quam pretiosa est in conspectu Domini mors sanctorum eius. Pero, en fin, este es el caso más gordo.

Qué pasaba por la mente de los traductores norteamericanos cuando tradujeron en la misa et cum spiritu tuo, por and also with you. Pues no tengo ni idea. 

Para las almas sencillas que se pregunten qué versión de la Biblia leer, les diré que en español la Biblia de Jerusalén está bien. No sé cómo están ahora las notas. Hace tiempo me dijeron que mal, que no creían en la inerrancia. Pero nunca las he leído. Así que no sé.

La Biblia de la CEI en italiano es óptima. Yo suelo leer la New Revised Standard Version y cuando tengo dudas una versión interlineal.

En el fondo, lo que subyace debajo de esta forma de traducir es una mentalidad: lo que importa no es el depositum fidei, sino hacer una religión más humana. Si no se tiene respeto a la Tradición y ni siquiera a las Escrituras, pues se las modifica sin más. Lo digo bien alto y bien claro, para advertir a las ovejas del buen rebaño de Cristo: he conocido personalmente a biblistas en Roma que, de ningún modo, creían en la inerrancia de la Biblia. 

El Biblicum en Roma tiene que ser reformado de cabo a rabo. Ahora mismo es una escuela de racionalistas.

¡Ojo, quedaos tranquilos! Leccionarios y biblias suelen estar bien traducidas. Lo repito: No tengáis intranquilidad. No os van a dar gato por liebre. Las cosas de arriba, son excepcionales. No leáis con aprensión ni las biblias ni las lecturas de la misa. El 99,9% es perfecto. Y una fracción es mejorable. Solo eso, mejorable. No es que estén traicionando el texto ni metiendo sus ideologías. Lo que pasa es que no se puede admitir EN ALGO TAN SAGRADO ni la más mínima ligereza.

El texto sagrado, las palabras de Dios, deben ser traducidas de un modo exquisito.

P. FORTEA

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