Eres un instrumento muy
valioso en las manos de Dios, tu vida tiene el valor de la sangre de Cristo.
Eres capaz de afectar positivamente y bendecir muchas más personas de las que
imaginas. Solo cree y avanza, Dios está contigo.
Josué 2:11 dice: “¡No es extraño
que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear
después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo
arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra”.
Dos espías secretos fueron enviados a la tierra prometida,
que el pueblo de Israel debía conquistar. Éstos se encontraron con una mujer
llamada Rahab, habitante de la ciudad de Jericó, que fue quien les informó que
ellos sabían perfectamente que Dios les había entregado esa tierra, y que todo
el pueblo temía de ellos. Les describió que sabían las batallas en las que
ellos habían vencido a otros enemigos, les dijo que habían oído cómo el Señor
les abrió un camino en seco para que atravesaran el mar Rojo cuando salieron de
Egipto, su gran temor era que el Señor los respaldaba.
Los hijos de Dios tenemos la autoridad para vencer las
luchas, el enemigo teme que despiertes a esta revelación, sabe que puedes ser
un gran instrumento en las manos de Dios, y que podrías avanzar venciendo
obstáculos, usando la palabra, la oración, la fe, y llegar a metas mucho
mayores, cumplir tu destino y ser una gran bendición para otros. No te dejes
amedrentar, lo que puedes lograr es grandioso, si puedes creer por más.
Oremos
así:
“Padre, contigo avanzo en
territorios espirituales para que se destraben aquellas cosas que por causa del
temor están siendo bloqueadas, camino en fe tras todas tus promesas y decido
ser una bendición para otros, lo proclamo en el nombre de Jesús. Amén”
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