Caminar sobre la luna era algo considerado
imposible, y a pesar de todo Neil Armstrong y Buzz Aldrin hicieron justo eso el
20 de julio de 1969.
Michael Collins, el astronauta que quedó en la
nave, escribe sobre otra posible imposibilidad de ese día:
“No había estado afuera durante mucho tiempo
cuando los tres nos llevamos una gran sorpresa. ¡El presidente de los Estados
Unidos comenzó a hablar en la radio!
El señor Nixon decía: Neil y Buzz, les estoy hablando por teléfono desde la
Oficina Oval en la Casablanca, y esta debe ser por cierto la más histórica
conversación telefónica… Porque debido a lo que ustedes hicieron, los cielos
ahora forman parte del mundo humano. Mientras ustedes nos hablan desde el mar
de la Tranquilidad, nos inspiran a redoblar nuestros esfuerzos para traer paz y
tranquilidad a la Tierra”.
Nuestras oraciones son como comunicaciones
invisibles que se trazan del cielo a la tierra.
Las cosas que alguna vez fueron tratadas de
imposibles se convierten en posibles cuando esa comunicación es establecida de
forma firme.
Lo imposible desaparece cuando un hombre y su Dios confrontan una montaña.
Lo imposible desaparece cuando un hombre y su Dios confrontan una montaña.
Mateo 19:26
Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible.
Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible.
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