A través de la historia, Bach ha sido proclamado como el compositor cristiano entre los músicos de la Iglesia. Cuando Juan Sebastián Bach nació en Eisenach, Alemania en 1685, el apellido Bach ya era sinónimo de comercio musical. Más de 50 músicos llevaban ese apellido.
Juan Sebastián quedó huérfano a la edad de nueve años y por eso se crió con su hermano, comenzando allí su entrenamiento musical. Bach un día dijo: “ El único propósito de la música debe ser para la Gloria de Dios y la recreación del espíritu humano”.
Un día Bach le dijo a un estudiante: Sólo practique diligentemente y todo irá bien. Usted tiene cinco dedos en su mano tan saludables como los míos”. Cuando se le preguntó cuál fue el secreto de su éxito él respondió: “ Yo fui hecho para trabajar, si tú eres igualmente industrioso, tú serás igualmente exitoso”.
Juan Sebastián Bach fue devoto a Dios y un día dijo: “Donde hay música devocional, Dios está al alcance de la mano con su graciosa presencia”.
Músicos no son producto de casualidades, sino de devoción, entrega y diligencia.
No importa tu profesión u oficio…no es asunto de casualidades sino de devoción, entrega y diligencia.
Dale a Dios todo lo que te queda y él te devolverá hasta que te sobre.
Deuteronomio 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos.
Proverbios 12:27 El indolente no chamuscará su caza: Mas el haber precioso del hombre es la diligencia.
2 Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
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