El padre
José Antonio Fortea respondió a los periodistas
LIMA, lunes 19 marzo 2012 (ZENIT.org).- El padre José Antonio Fortea,
reconocido teólogo y exorcista, dictó una charla magistral sobre la naturaleza
del demonio, el infierno y la posesión diabólica, en la parroquia Santa Rosa de
Lima, de Lima, Perú, el sábado 17 de marzo, a la que acudieron más de mil
personas.
El padre Fortea respondió a
numerosas preguntas de los periodistas, en una rueda de prensa previa a la
charla magistral. Estas son sus respuestas, facilitadas a ZENIT por la Oficina
de Prensa del Arzobispado de Lima.
-¿Alguna vez
usted ha visto al demonio?
--P. Fortea: Yo nunca he visto al
demonio, nunca he tenido una visión de tipo sobrenatural en ningún campo. Lo
que sí he visto es a las personas que encajan en aquello que los Santos
Evangelios nos describen como los endemoniados, esa sería la traducción exacta
de la palabra griega. Hay personas que muestran unos signos, que a cualquier
persona que tenga sentido común le van a indicar que hay una presencia
maléfica. Aunque uno no crea en el espíritu de forma directa, se percibe que la
causalidad más razonable sería la de un espíritu maligno.
Por supuesto que para los no
creyentes o para aquellos que son ateos militantes esto queda descartado;
entonces se le tiene que explicar todo por razones meramente de este mundo.
Pero para cualquier persona abierta a la posibilidad de la intervención del
espíritu, la contemplación de esos sujetos bajo esos influjos, en seguida lo
que uno piensa es que existe el demonio.
-¿Cuál es la posición de la Iglesia?
-Es la del Evangelio. Lo que se nos
dijo hace más de dos mil años lo vemos en pleno siglo XXI. Después de haber
recibido a tantas personas, con verdaderos y supuestos influjos demoníacos, no
hay que cambiar absolutamente nada de lo que leemos en los cuatro Evangelios.
La Palabra de Dios es perfecta y lo que ahí se nos cuenta sucede también hoy en
día.
-Si usted
nunca ha visto al demonio, ¿cómo se puede creer y luchar contra algo que no se
ha visto?
--P. Fortea: Contrariamente a lo que
algunos puedan pensar, a mí en concreto con lo que más me ataca el demonio es
con el racionalismo. Sobre todo por contacto con psiquiatras, por mi formación
previa al seminario y por las lecturas yo siempre siento esa tendencia innata a
buscar una explicación meramente intramundana pero la razón me dice
"no".
La razón me lleva a decir que todo
lo que he visto, del único modo que se puede explicar es a través de la
presencia del espíritu. Si existe Dios no hay ningún problema en que existan
ángeles y demonios. Pero la cuestión es ¿existe Dios o este mundo solo es
materia y nada tiene sentido y esto se rige solo por el azar? En mi caso, mi
formación y sentimientos me llevan al racionalismo, pero la razón es la que me
dice "no".
-¿Se refiere
a fenómenos que irrumpen la barrera de lo físico?
--P. Fortea: Son pocos casos de
testigos completamente fiables que me han comentado fenómenos que de ningún
modo se pueden explicar salvo como una actividad demoníaca. Son pocos los
casos, pero ciertamente yo he escuchado a un sacerdote que no se dedica al
exorcismo y que una vez un parroquiano le pidió y este sacerdote se puso a
rezar delante del Sagrario y me cuenta cómo esta persona que estaba tumbada
comenzó a levantarse en el aire. El padre Gabriel Amorth cuenta como en algunos
exorcismos han vomitado objetos, el ha guardado varios.
Yo mismo he sido testigo de cómo a
una niña de 11 años el demonio le decía lo que yo le estaba preguntando en
latín, que eran cosas complicadas. En otros casos yo le pregunté a una posesa
en latín, ¿cómo comenzaba el salmo 22?, y comenzó a decirlo. Es decir son
excepciones, pero a veces Dios dice: estoy aquí. Y a veces lo dice por lo
místico, por lo santo y a veces permite que lo demoníaco se manifieste, como
diciendo: si no creéis en lo santo, vais a creer en las fuerzas de las
tinieblas, para que viéndolas volváis a mí. Aquellas personas que se ríen de la
religión, cuántas veces al ir a un brujo han dicho: existe algo que siento en
mi cuerpo. Si esa persona busca la verdad llegará a Dios, somos libres, podemos
detenernos, pero insisto, hay varios caminos por los que ir a Dios.
-Entiendo
que hay muchos demonios, ¿cómo se manifiestan?
--P. Fortea: Sí, los demonios se
manifiestan cada uno con su psicología y personalidad, a veces con sus propios
nombres.
-¿Los
demonios se han identificado con usted?
--P. Fortea: Cuando se da el
exorcismo a veces dicen su nombre y a veces dicen más datos identificativos del
demonio. Incluso recuerdo un caso, no sé si será verdad, en que el demonio me
dijo: tú me conoces. Después dijo que nos habíamos encontrado en otro caso de
posesión. Solo Dios sabe si es verdad.
-¿Se puede
vivir en paz enfrentando a tantos demonios?
--P. Fortea: Yo no he tenido
venganzas del demonio, otros exorcistas han contado que sí, pero yo no. Ahora
bien, yo tampoco me metí en este mundo por elección, me metieron, y cuando uno
no lo hace porque le gusta o por elección, entonces Dios también protege más.
-¿Por qué se
produce la posesión?
--P. Fortea: Muchas veces no sabemos
por qué se produce, es un misterio, sobre todo a veces en casos de niños, que
no han hecho nada malo. Los exorcistas en todo el mundo siempre advierten que
(los fieles) no deben exponerse al esoterismo, la ouija, la nueva era, la
santería y todo lo que sean hechicerías, etc, todo eso son peligros y puertas
que se abren, pero hay casos que no sabemos por qué han quedado poseídos.
-¿Cómo
reconocen a una persona que ha sido poseída y cuál es la diferencia con los
casos de psicosis?
--P. Fortea: Es cierto que algunos
psiquiatras tratan de explicar todo a través de la enfermedad. Nosotros siempre
les decimos: si vosotros podéis curar a estas personas es perfecto; pero si
vosotros no podéis curarlas, dejad que nosotros oremos por ellas. Ha habido
casos de personas que venían con sus informes psiquiátricos, siendo atendidos
durante años y que al final el psiquiatra le ha dicho: "esto es una cosa
crónica y no hay forma de curarlo", y es verdad.
Hay muchas enfermedades
psiquiátricas que son crónicas, la esquizofrenia por ejemplo; sin embargo, en
los casos en los que esa persona tenía un influjo maléfico, una posesión o una
influencia demoníaca, hemos orado y ha quedado perfectamente normal. Yo estoy
seguro que la posesión existe, porque hay casos que ya lo han intentado
magníficos psiquiatras, a veces equipos en hospitales, porque decían que el
caso era muy interesante, y no lograron nada.
-Pero, ¿hay
alguna característica especial para que ustedes reconozcan que una persona está
siendo víctima de una posesión?
--P. Fortea: En el discernimiento de
los casos de posesión se ve que existe esto, que es invisible, por varios
signos. Hay signos que hacen que los familiares que están sanos lleven al
enfermo al sacerdote. El sentido común dice, por poner un caso claro: "mi
marido siempre fue una persona equilibrada, con una psicología perfecta, pero
en un viaje al Caribe nos invitaron después de la cena a una sesión de
santería, fuimos en plan de broma pero al final hicieron unos ritos, y desde
entonces mi marido no ha vuelto a ser el mismo, tiene esas crisis, tiene esas
cosas que le hemos llevado al psiquiatra y no hemos logrado nada en unos años,
por eso se lo traemos a usted (sacerdote)".
Son casos en que la misma
racionalidad ve claramente una causa y un efecto entre el fenómeno y la causa esotérica.
Por eso la misma realidad nos induce a pensar que lo que hacen esos brujos o
hechiceros a veces no es un fraude, sino que a veces ellos tienen contacto con
ese mundo espiritual maligno.
-A algunas
personas los males psíquicos les llevan a destruir imágenes, ¿tiene esto algo
que ver con la posesión diabólica?
--P. Fortea: Es (un fenómeno) muy
raro, donde la persona pierde la conciencia y puede decir y hacer cosas que
después no recuerda.
Lo que pueden hacer en esas crisis
de la posesión normalmente es gritar, tener furia y convulsiones, que es lo que
aparecen en los Evangelios. Por ejemplo, cuando entra el endemoniado en la
sinagoga de Cafarnaúm, cae al suelo, grita, incluso hecha espuma por la boca,
yo he visto eso, no baba, echan espuma, pero no hace nada más. Lo normal es que
solamente ocurra eso, que emerja una segunda personalidad en ese trance.
-¿Cuál es el
principio teológico para explicar el exorcismo?
--P. Fortea: El principio teológico
esencial es que existe un ser infinito, y esto ya lo descubrieron los griegos
en la filosofía aristotélica, que ha creado la materia. Ellos descubrieron que
en ese cosmos material había el alma. Pero hoy la diferencia con los griegos es
que sabemos que la materia no es eterna. Entonces si en este mundo hay seres
materiales que tienen espíritu, entre el ser infinito y la materia tiene que
haber una graduación metafísica de seres espirituales. Si uno acepta eso no hay
ningún problema en aceptar las posesiones y la intervención del mundo
espiritual maléfico en este mundo.
Esto es un resumen, porque si uno se
sienta, lee los textos, ve la argumentación a través de la lógica es como se
llega a la conclusión de que efectivamente por el mundo sabemos que existe
Dios, si existe Dios pueden existir ángeles, si existen ángeles, pueden existir
demonios, si existen demonios puede existir la posesión.
Por eso, sobre este tema estamos de
acuerdo católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes e incluso otras
religiones, yo me encuentro con un musulmán y apenas hay diferencias en
nuestras teologías. Incluso si hablo con alguien de religión hindú o animista
del África, no nos pondremos de acuerdo en el tema de Dios, pero en el tema del
exorcismo sí, ellos me escuchan y dicen: hemos tenido las mismas experiencias.
-Padre, a usted
se le ve calmado, pero al momento del exorcismo se deben producir situaciones
increíbles, ¿podría narrarnos un evento que haya tenido usted?
--P. Fortea: Al demonio no se le
echa con gritos o manifestaciones de fuerzas físicas. Por más que uno grite con
fuerza, eso al demonio no le inmuta porque el demonio es un ser espiritual. Las
armas que usa el exorcista son armas espirituales, no importa si es un
sacerdote menudo, pequeño, anciano o frágil. El padre Amorth, el exorcista de
la diócesis de Roma, es un anciano de casi 90 años que es frágil ya por la
misma edad; sin embargo, la fuerza es espiritual, no es una fuerza física la
que necesita el exorcista.
Respecto a los casos, los estudios
que tienen que hacer los exorcistas en realidad se reducen a que ese sacerdote
conozca la vida espiritual. Lo que más necesita un exorcista es estar cerca de
Dios. Si ese exorcista antes de empezar a ejercer su ministerio visita a otros
exorcistas para así ver las experiencias, la práctica, entonces mucho mejor,
porque la experiencia le va a llevar a discernir al examinar los casos y a
saber cómo proceder cuando hay situaciones complicadas; pero lo más importante que
necesita es la vida espiritual.
Ahora la ciencia exorcística también
existe, por eso convendrá que vaya a ver a los peritos en este campo para
aprender, para ver qué casos pueden haber, cómo hay que reaccionar, cómo
evolucionan, casos en que no sea tan fácil el discernimiento, todas esas cosas
las da la experiencia. Siempre el mejor exorcista será el que más años lleve en
este campo y a la vez el que más vida espiritual tenga, porque tendrá una
naturalidad con esa ciencia.
-¿Cómo se
prepara antes de un exorcismo?
--P. Fortea: La única preparación
previa es la oración.
-¿Cómo es el
ritual del exorcismo?
--P. Fortea: El ritual marca que se
comienza pidiendo perdón por los pecados, se continúa leyendo unas partes de la
Sagrada Escritura, se pide la intercesión de los santos; después viene una
larga oración a Dios pidiéndole que libere a la persona y se acaba dirigiéndose
directamente al demonio, ordenándole que salga
-¿Cuánto
dura un exorcismo?
--P. Fortea: El ritual en sí dura
media hora, pero después el sacerdote puede insistir en partes del ritual,
etc., de manera que puede durar horas.
-¿Cuál es la
formula con la que usted se enfrenta al demonio en un ritual de exorcismo?
--P. Fortea: Hay muchas fórmulas
para hacer el exorcismo, hasta el Rosario tiene un poder cuando todo parece que
no avanza.
-Hemos visto
películas sobre el exorcismo como "El exorcista", ¿el proceso que se
narra en estas películas es similar al exorcismo que usted ha realizado en
alguna ocasión?
--P. Fortea: El exorcismo está
perfectamente reflejado en películas como "El exorcista", "El
exorcismo de Emily Rose" o "El rito". Ahora, el exorcismo está
bien reflejado en un sacerdote con un ritual que va formulando una serie
oraciones, plegarias, letanías etc., pero la parte de la posesión está exagerada,
sobredimensionada, porque lo extraordinario es muy raro.
Lo normal en las posesiones es solo
lo que nos cuentan los evangelios. Y lo que he dicho antes: emerge una segunda
personalidad, puede caer al suelo agitándose, puede gritar con rabia, puede mostrar
aversión a lo sagrado, pero rarísimamente va a hacer algo que no se pueda
explicar.
Es decir, tiene mucha fuerza, pero
es raro el caso donde se muestra una fuerza sobrehumana; es cierto que el
demonio entiende todas las lenguas, pero rara vez lo va a demostrar en un
exorcismo, alguna vez sí, pero raramente.
-¿Lo que nos
han vendido las películas es falso?, ¿se puede girar las cabeza 360°?
--P. Fortea: Yo eso no lo he visto.
Usted como
exorcista, ¿tiene tentaciones o amenazas directas del demonio?
--P. Fortea: Tentaciones sí. En
principio por estar en contacto con el demonio e incluso por el hecho de hablar
acerca de él y de concienciar a la gente de su existencia debería estar
sometido a más tentaciones.
-¿Cuál es la
relación entre las posesiones que ha visto y la doctrina católica sobre el
diablo con respecto a otras confesiones?
--P. Fortea: Curiosamente la
teología acerca del demonio es prácticamente la misma en todas las confesiones
cristianas. Por supuesto, con los ortodoxos no hay que cambiar una letra,
estamos totalmente de acuerdo; incluso con los protestantes hay poquísimas
diferencias, porque este es uno de los temas más ecuménicos que existen.
Estamos de acuerdo todas las
confesiones cristianas: ortodoxos, católicos y protestantes, porque nos basamos
en las enseñanzas de Jesús, que después explicó más san Pablo. Por un lado la
base bíblica y por otro lado el hecho de que en las confesiones cristianas, los
que hemos tenido contacto con esta realidad, hemos visto lo mismo y por lo
tanto estamos de acuerdo de Jesús, en el poder de la fe y de las escrituras.
En la figura del demonio estamos de
acuerdo, esto es tan así que a veces en las reuniones de exorcistas me he
encontrado con que había presbíteros ortodoxos entre los católicos y algunas
veces me acuerdo que había anglicanos. La doctrina es la misma, pueden haber
pequeños matices de detalle, pero solo con los protestantes, con las otras
confesiones no hay ninguna variación.
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