Señor, hoy he salido a buscarte.
He dejado mi casa, mi calle, mi barrio, y me he adentrado por otros caminos, por otros lugares y arrabales.
Pronto he sentido la noche de la soledad, del agobio y del miedo; y, como un niño huérfano, he comenzado a buscarte en sombras y rincones, en esquinas y cruces.
Tropecé con personajes semejantes, con niños de la calle vendiendo dulces, lustrando botines, pidiendo limosna, cargando miseria, comerciando un soplo de vida; con hermanos a la intemperie, sin padres, sin cariño, sin nombre, sin futuro, con hambre, hermanos de nadie.
Señor, hoy tropecé contigo; he visto tu rostro más cerca y con más detalle.
(Susurros de Dios, Antonio Gil Moreno, Ed Paulinas 2012)
Joan Josep Tamburini
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