¿Son las incomodidades y limitaciones derivadas de las restricciones por la pandemia, una causa legal y suficiente para aplicar la eutanasia? Estamos llegando al punto en que la vida no vale nada.
(Actuall/InfoCatólica) En Cánada, ha ocurrido un
hecho increíble. Una mujer decidió acabar con su vida por aburrimiento haciendo
uso de la Ley de Eutanasia.
Aunque para que sea otorgado
el permiso para aplicar dicha ley se deben cumplir ciertos requisitos, Nancy
logró burlarlos.
Los requisitos son:
- Ser mayor de
18 años de edad.
- Que la persona
se encuentre lúcida en el momento de hacer la petición.
- Que no se
observan presiones o influencia externa en la decisión.
- Debe firmar un
documento de consentimiento informado.
- Y debe tener
una condición médica «grave e irremediable». Esto abarca: Tener una enfermedad,
dolencia o discapacidad grave, estar en un estado avanzado de declive que no se
puede revertir, experimentar un sufrimiento físico o mental insoportable debido
a su enfermedad, enfermedad, discapacidad o estado de deterioro que no se puede
aliviar en condiciones que usted considere aceptables, estar en un punto en el
que su muerte natural se haya vuelto razonablemente previsible. Esto tiene en
cuenta todas sus circunstancias médicas y no requiere un pronóstico específico
sobre cuánto tiempo queda de vida.
¿Y qué pasó con
Nancy?
Nancy se declaró aburrida.
Ella antes de la pandemia, solía llevar una vida bastante activa a pesar de sus
90 años, según cuentan sus familiares y amigos.
Ella vivía en una residencia y
debido a las restricciones propias de la pandemia que no le permitían continuar
con su estilo de vida, decidió solicitar la eutanasia.
«Casi de la
noche a la mañana, pasó de un estilo de vida muy activo a una vida muy
limitada, y desde muy temprano, tuvieron un confinamiento completo de dos
semanas sola en su habitación», dijo su hija Tory a la CTV (cadena de televisión comercial de Canadá).
La primera vez que la
solicitó, el médico consideró que no había motivo de deterioro que justificase
la eutanasia. En la segunda oportunidad, otro médico si accedió a realizarla.
Susan Woolhouse, miembro de la
Asociación Canadiense de Evaluadores y Proveedores de la eutanasia (MAiD),
considera que la pandemia del covid 19, con sus restricciones, está siendo un
«acelerador» de las peticiones de eutanasia en el país.
A Nancy le provocaron la
muerte el 20 de octubre, después de pasar una semana con su familia.
Más allá de que su familia
pudiera o no acompañarla en esta pandemia, el verdadero dilema es ¿si las incomodidades y limitaciones derivadas de las
restricciones son una causa legal y suficiente para aplicar la eutanasia? Estamos
llegando al punto en que la vida no vale nada.
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