Y tú ¿estás
dispuesto a quedarte en casa?
Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net
Ante la situación de contingencia por la
pandemia del COVID-19 nos han recomendado que nos quedemos en casa.
Tengo un amigo en España que me acaba de
escribir para decirme que nosotros, en México, estamos como estaban ellos hace
un mes; que debíamos aprender de ellos y adoptar las medidas que ellos han
tomado antes de que las cosas se pongan más difíciles.
Es por esto que he tomado la determinación de
quedarnos en casa, a menos de que sea indispensable.
Y vienen aquí una situación que para muchos
tiene cara de problema ¿Qué hago con mis hijos tanto tiempo en casa?
Aquí te dejo mis 5Tips
para pasar en familia estos días en casa.
PRIMERO.
Explícales a tus hijos
lo que está pasando. Es tiempo de guardar no de vacaciones.
Para evitar el caos es necesario que todos tengamos claro lo que está pasando y nuestros hijos también deben comprender que estamos en un periodo de contingencia y no de vacaciones.
Para evitar el caos es necesario que todos tengamos claro lo que está pasando y nuestros hijos también deben comprender que estamos en un periodo de contingencia y no de vacaciones.
Es por esto que no es bueno salir a lugares
públicos para diversión, tampoco debemos asistir a lugares con muchas personas
y mejor quedarnos en casa.
Es importante explicarles que la obediencia es
vital para evitar contagiarnos y pasar momentos difíciles. No siempre es fácil
obedecer, pero en este caso es de vital importancia hacerlo.
SEGUNDO. Estén atentos de las indicaciones que se vayan
dando.
Conforme vaya avanzando el tiempo, las condiciones van a ir cambiando pues habrá más casos y se volverá más estricto el control. Así que debemos estar atentos y dispuestos a acatar las indicaciones por el bien de todos.
Conforme vaya avanzando el tiempo, las condiciones van a ir cambiando pues habrá más casos y se volverá más estricto el control. Así que debemos estar atentos y dispuestos a acatar las indicaciones por el bien de todos.
Esto nos lleva a hablar con nuestros hijos para
formarlos en la generosidad, esa capacidad de trabajar por el bien de los
otros, aunque debamos sacrificar un poco nuestra comodidad o bienestar.
TERCERO. Hagan un plan de actividades para este tiempo.
Los primeros días puede ser muy sencillo todo porque nuestros hijos sentirán que están de vacaciones, pero en realidad no es así.
Es necesario adecuar nuestro tiempos para tener
actividades variadas dentro de casa. Podemos hacer un horario del día para
coordinar los trabajos o también podemos programar varias actividades al día y
dejar un poco flexibles los tiempos para cada actividad según la disposición de
nuestros hijos.
¿Qué actividades podemos
realizar?
Podemos organizar un cine club y ver películas
que tengan algún mensaje positivo, que fomenten valores o que nos ayuden a
acrecentar nuestra fe.
También podemos tener momentos de lectura, tanto
familiar como personal, quizá podamos incluir momentos para realizar
manualidades y por supuesto, momentos para estudiar o por lo menos repasar lo
que se ha visto en la escuela.
Los tiempos de juego en los dispositivos
electrónicos o consolas deben estar muy bien regulados para evitar que nuestros
hijos caigan en excesos. También podemos propiciar los juegos de mesa
que ayudan a la convivencia familiar y un sano esparcimiento.
CUARTO. Es necesario adecuar los espacios en casa y los
roles.
Como estaremos más tiempo dentro de casa, es necesario adecuar los espacios para que nuestros hijos tengan más comodidades y no se sientan asfixiados en casa.
Si tenemos hijos pequeños, quizá sea bueno
guardar los objetos que se pueden romper y para evitar accidentes.
Por otro lado, con nuestros hijos en casa se nos
reduce el tiempo para realizar las labores propias de las mamás, por lo que
debemos hacer roles para que todos cooperemos en tener la casa en orden, por
eso podemos hacer una lista de las tareas que debemos realizar para asignarles
responsables de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a sus capacidades y
gustos.
También esta puede ser una actividad para
convivir y servir en familia, solo es cuestión de darle el sentido adecuado a
todo esto.
Y
QUINTO. Hagan
oración en familia.
Cuando las cosas están mal, como ahora, debemos voltear los ojos a Dios y pedirle que nos ayude a superar nuestros problemas.
Una oración nos puede ayudar mucho, pero la
oración en familia es mucho mejor.
Primero tenemos el DETENTE,
que es una imagen del Sagrado Corazón de Jesús que al rededor tiene la frase “Detente, el Corazón de Jesús esta conmigo” podemos
imprimirla y ponerla en un lugar visible para todos los miembros de nuestra
familia. Además está la jaculatoria, “Jesús,
en tí confío” estas dos pequeñas oraciones nos pueden ayudar si las
decimos muchas veces al día, cada vez que nos sentimos angustiados o con poca
fe.
Hace tiempo, cuando hubo una epidemia de peste
en Marsella, se repartieron miles de estas imágenes por toda la ciudad y la
peste cesó, por la fe de las personas y la intercesión del Corazón de Jesús.
Otra oración eficaz es el Santo Rosario, que si
lo rezamos en familia puede ser hasta divertido. Para los pequeños podemos
preparar algunas hojas para que iluminen mientras rezamos. Si son más grandes nuestros hijos, podemos ponerles canciones entre
cada misterio para que no sea tan cansado para ellos. Si ya son jóvenes
nuestros hijos, podemos hacer una pequeña meditación de cada misterio que nos
ayude a profundizar en lo que estamos rezando.
Pero lo que no puede faltar es hacer un
ofrecimiento, desde el corazón, de nuestra oración para que Dios nos ayude a
superar esta prueba que nos ha tocado vivir y que además, nos proteja de la
enfermedad y nos ayude a no perder la fe en estos tiempos de crisis.
Otra forma de hacer oración es leer la Biblia y
meditar juntos lo que Dios nos va diciendo en cada capítulo. Los más grandes
pueden ayudar a leer, los más pequeños pueden hacer algún dibujo de lo que
van comprendiendo y todos podemos hacer Lectio
Divina y hacer un propósito de
acción para llevar a la vida lo que hemos leído y orado.
Por último, te comparto que yo me quedo en casa
para poner un granito de arena en la solución de esta enfermedad que estará
afectando a tantas personas.
Y además, obedeceré lo que mi obispo indique que
será lo mejor para estos tiempos, ya que, aunque no me guste mucho lo que nos
pida, la obediencia es la virtud de los santos y el que obedece no se equivoca.
Estoy segura que si por algo, las indicaciones no son las mejores, con nuestra
obediencia y ofreciendo nuestros actos a Dios, Él nos ayudará y nos dará la
gracia para salir sanos y salvos de esta situación.
Y tú ¿estás dispuesto a
quedarte en casa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario