La Conferencia de Obispos Católicos en Estados
Unidos llamó al Congreso para que otorgue ayuda financiera de emergencia a los
colegios que no son públicos, pues muchos de ellos, incluidos los católicos, se
ven forzados a cerrar por la crisis financiera originada por la pandemia del
COVID-19
La pandemia del coronavirus también ha golpeado críticamente la
educación en Estados Unidos, pues ha forzado a muchos colegios a cerrar de
forma permanente.
Según EWTN News
Nightly, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos
señaló que más de 100 escuelas católicas han anunciado planes de cerrar durante
la pandemia del COVID-19.
Por ello, los obispos hicieron un llamado al Congreso para que se
otorgue ayuda financiera de emergencia a los colegios que no son públicos, dado
que muchos colegios católicos están cerrando de forma permanente durante la
pandemia.
Uno de los colegios más emblemáticos que ha tenido que cerrar es el
Instituto de Notre Dame, una escuela católica de casi 200 años de antigüedad
ubicada en Baltimore, Maryland.
El colegio de educación secundaria de mujeres, donde alguna vez tuvo
lugar el Tren Subterráneo, fue fundado en 1847 y dirigido por la orden religiosa
de las Hermanas de Notre Dame. Con el tiempo, la escuela tuvo un rol importante
en la transmisión de la fe católica en el país, cuyo legado de 173 años sigue
vivo hasta hoy.
Según informa EWTN, el edificio requiere de 5 millones de dólares en
reparaciones para seguir operando. Lamentablemente, debido a la pandemia,
el número de alumnos matriculados decreció drásticamente, por ello, la orden
religiosa anunció en un comunicado dirigido a la comunidad escolar, el cierre
definitivo del colegio.
“El COVID-19 causó dificultades financieras
significativas adicionales, en términos de una mayor disminución proyectada de
los matriculados, como en donaciones anuales […] Lamentablemente, la decisión
correcta es cerrar nuestras puertas a finales de junio […] Nuestra decisión es
definitiva”.
El edificio, cuyo lema es “Pro Deo Et
Patria” (Por Dios y el País), es considerada en el país como “memoria de lecciones de fe y servicio”, que
fueron aprendidas desde antes de que Abraham Lincoln fuera presidente. Por
ello, algunos exalumnos están luchando por mantener la escuela abierta.
“Mis primas estudiaron aquí, mi abuela estudió aquí
y mi hermana y yo, juntas estudiamos aquí” dijo
Drina Frittata, exalumna graduada en 1983.
“Escuchando las razones para el cierre del colegio,
en mi opinión, ninguna no podría ser superada”, agregó e
hizo un llamado a Nancy Pelosi, política estadounidense que es la actual
Presidenta de la Cámara de Representantes, para que salve el colegio al que
perteneció.
A la fecha, “no hemos oído nada de ella
[Nancy Pelosi] todavía, ojalá lo hagamos”, dijo Drina.
Para las alumnas y exalumnas las experiencias vividas en el colegio han
sido las mejores, por ello, están muy apenadas con la decisión del cierre.
“Es un gran grupo de chicas que hemos crecido
juntas. Ellas son como mis otras hermanas. Esperaba que si alguna vez tuviera
una hija podría enviarla a este colegio también”, dijo Mandy Michael, exalumna del año 2005, en la última reunión que
tuvieron antes del cierre.
Dos alumnas del primer grupo que no se graduará en el colegio desde su
fundación, expresaron su tristeza por el cierre y el legado que dejó en sus
vidas.
“No se siente como un colegio, se siente como una
casa”, dijo Terry. “Estos tres años fueron los mejores tres años que he
vivido”, señaló Romero.
¿POR
QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA EN EEUU RECURRIÓ A UN SALVAVIDAS ECONÓMICO DEL
GOBIERNO?
Los obispos de Estados Unidos emitieron una declaración en la que
explican por qué se vieron obligados a solicitar préstamos del gobierno en
medio de la pandemia del coronavirus que ha generado una grave crisis económica
y que ha generado, entre otras cosas, que más de 100
escuelas católicas se hayan visto forzadas a cerrar.
“La Iglesia Católica es la proveedora no
gubernamental más grande de servicios sociales en los Estados Unidos. Cada
año, nuestras parroquias, escuelas y ministerios sirven a millones de personas
necesitadas, sin importar su raza o religión”, afirma el Arzobispo de Oklahoma City y jefe del Comité de Justicia
Doméstica y Desarrollo Humano del episcopado estadounidense, Mons. Paul S.
Coakley, en una declaración dada a
conocer este viernes.
La declaración responde a una nota de Associated Press
(AP) en la que se afirma que “la
Iglesia Católica Romana de los Estados Unidos utilizó una exención especial y
sin precedentes de las normas federales para acumular al menos 1.400 millones
de dólares en ayudas al coronavirus respaldadas por los contribuyentes, con
muchos millones de dólares que van a las diócesis que han pagado enormes
acuerdos o han buscado protección por bancarrota debido a los encubrimientos de
abuso sexual del clero”.
La nota afirma además que la recaudación “de
la Iglesia podría haber alcanzado –o incluso superado– los 3.500 millones de
dólares”,
AP señala luego que al principio las instituciones religiosas no eran
elegibles para el Programa de Protección de Cheques de Pago, pero “a medida que la economía se desplomó y las tasas de
desempleo se elevaron, el Congreso permitió que los grupos religiosos y otras
organizaciones sin fines de lucro” también recibieran el beneficio para mantener
“a los estadounidenses empleados”.
AP indica además que las diócesis, parroquias, escuelas y otros
ministerios católicos recibieron “al menos 3.500
préstamos”. Entre las diócesis están la Arquidiócesis de Nueva York, la
Diócesis de Orange y la Diócesis de Wheeling-Charleston
En su declaración, Mons. Coakley explicó que “el
nuevo coronavirus solo intensificó las necesidades de la gente a la que
servimos y la demanda para nuestros ministerios. Los préstamos que solicitamos
permitieron que nuestros ministerios esenciales sigan funcionando en un momento
de emergencia nacional”.
“Además, las órdenes de cierre y la crisis
financiera asociados con el virus han afectado a todos, incluyendo a los miles
de ministerios católicos – iglesias, escuelas, servicios de salud y sociales–
que dan empleo a cerca de un millón de personas en los Estados Unidos”,
destacó.
El Arzobispo subrayó luego que “estos
préstamos han sido esenciales para mantener a cientos de miles de empleados en
las nóminas, asegurar que las familias mantengan sus seguros de salud
y permitir a los trabajadores laicos que sigan sirviendo a sus hermanos y
hermanas durante esta crisis”.
“El Programa de Protección de Cheques de Pago fue
diseñado para proteger los empleos de los estadounidenses de todo tipo de vida,
sin
importar si trabajan para empleadores con o sin fines de lucro, religiosos o
seculares”.
A pesar de todo esto, lamentó el Prelado, “más de 100
colegios católicos han anunciado que planean cerrar, con cuentos más enfrentando un futuro incierto.
Empresas, hospitales, escuelas e iglesias en todo el país enfrentan exactamente
los mismos problemas”.
20 de estas
escuelas están solo en la Arquidiócesis de Nueva York, donde el Cardenal Dolan ha
asegurado que harán todo lo posible para que quienes se han quedado sin un
centro de estudios puedan ser reubicados en otro.
“Seguiremos defendiendo a todos los que han sido
afectados negativamente por esta terrible pandemia, rezando por todos los enfermos, por todos los que
han muerto y los que están de luto, y específicamente por los pobres y
vulnerables en este tiempo de gran necesidad”, concluyó
el Arzobispo.
Redacción ACI Prensa








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