martes, 4 de junio de 2019

TESTIMONIO - RECORDANDO - LOS PRIMEROS CINCO MINUTOS


No es fácil tomar un tren en marcha ni coger el hilo de una conversación ya iniciada, ni situarse en el proceso de un discurso del que no se ha oído el comienzo.

Si soy invitado a casa de unos amigos, me las arreglo para no llegar después del aperitivo.

Si asistí al teatro, me gusta estar instalado antes que suba el telón, ambientarme en mi butaca, en la sala, con mis amigos.

Si voy a un concierto, me gusta oír como el primer violín da el “la”, como todo se organiza y como pasa de la cacofonía al silencio y del silencio a la música.

Si voy al cine, echo pestes contra los que pasan por delante de la pantalla y me impiden ver las primeras imágenes (… son tan importantes).

Si conecto la televisión para ver y oír el noticiario, me fastidia perderme el anuncio inicial de las noticias más importantes del día, o que mientras intento escuchar otros hablen y me impidan enterarme.

En todas partes, siempre, cuando hay diversas personas que se reúnen para formar asamblea y para llevar a cabo algo que aprecian, es muy importante el primer momento, los primeros cinco minutos.

¿Y EN NUESTRAS IGLESIAS?

En nuestras Iglesias suele suceder todo lo contrario. La gente llega tarde, se empieza con bulla como si no importara lo que se hace y se dice.

Pero conozco una Iglesia en la que todos los bancos están ocupados casi una hora antes del inicio de la Santa Misa: Las personas se saludan, los niños corren un poco por todas partes, los diáconos y sisters se mueven a lo largo esta nave al paso, se encienden los cirios, se colocan las flores, el órgano da el “la”, la organista prepara los registros y el coro se prepara en la ante sala, la coral, repite tal o cual frase más difícil, arriba se comprueban las cámaras de video, los micros y las luces, todo el pueblo se dispone para cantar y orar, sale el sacerdote y ¡que sacerdote! Nos lleva de la Virgen María a Jesús, luego por Jesús al Padre y… el Padre, feliz al ver como aquí se le adora, nos envía esa LLAMA que arde en su pecho y en el de su Hijo… nos envía a Dios Espíritu Santo.

A esta Comunidad asistí durante cuatro años. Días antes que el sacerdote viajara a otro país por orden de sus superiores, le pregunte: ¿Padre, cree usted que ya puedo volar? Y él me respondió: Hace tiempo que ya puede usted volar.

Él viajó y yo formé un grupo de oración el cual ya lleva 29 años sirviendo al Señor en el magisterio de Sanación.

No pongo nombres por que más de uno podría pensar que me estoy aprovechando de fama ajena. Lo que si sé es que muchos milagros se han dado, y muchos dones han sido repartidos entre los integrantes de este grupo que cada día crece más físicamente y espiritualmente. Nuestro grupo es “Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Si Señor”.

Nuestras reuniones se llevan a cabo todos los viernes a partir de las 8 pm en el Jr Chinchaysuyo 219 - San Miguel. Entre las cuadras 5 y 6 de la Av. Precursores, casi frente a la Iglesia San Miguel Arcángel. La entrada es libre.

¡BIENAVENTURADOS USTEDES SI PERTENECEN A UNA COMUNIDAD QUE VALORA LOS PRIMEROS CINCO MINUTOS!

José Miguel Pajares Clausen

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