Este domingo 2 de junio el Papa Francisco visitó la
Basílica de Santa María la Mayor en Roma para rezar y agradecer a la Virgen por
los frutos de su reciente viaje apostólico a Rumanía, en Europa del Este
“Al regresar de su viaje Rumanía, el Papa Francisco
fue a la Basílica de Santa María la mayor para orar”, confirmó en Twitter el director de la Oficina de Prensa del Vaticano,
Alessandro Gisotti.
On returning
from his journey to #Romania, Pope Francis went to the Basilica of Saint Mary
Major to pray. @HolySeePress
pic.twitter.com/4yTLDoPLE2
— Alessandro
Gisotti (@AGisotti) 2 de junio de
2019
Esta visita a la Virgen de Salus Populi Romani (protectora del pueblo
romano) es una tradición que el Papa Francisco lleva a cabo siempre antes y
después de sus viajes nacionales e internacionales.
El Pontífice arribó a Italia el domingo 2 de junio a las 6.10 p.m. (hora
de Roma) luego de un viaje de aproximadamente una hora y media desde el
aeropuerto de Henri Coandă-Otopeni de Bucarest (Rumanía).
Este el quinto viaje internacional de 2019 y el número 30 del
pontificado de Francisco.
La visita tuvo una fuerte carga ecuménica ya que la mayoría de la
población es cristiana ortodoxa.
Al inicio de su viaje apostólico, el Papa Francisco realizó una
histórica visita a los líderes de la Iglesia Ortodoxa de Rumanía en Bucarest en
la cual pidió “caminar juntos” a favor de la
sociedad y la familia para ir más allá de la “cultura
del odio”.
También aprovechó durante su estadía saludar y bendecir a familias,
enfermos e integrantes de la minoría étnica de “rom”
o “romaní”, que es una rama del
pueblo gitano.
Casi al término de su visita, el Santo Padre se trasladó a la localidad
de Blaj para presidir, en el Campo de la Libertad, la Divina Liturgia con la
Beatificación de los 7 Obispos greco-católicos muertos mártires durante el
período comunista en la década de 1950.
Los 7 nuevos beatos, beatificados ante 70 mil fieles, son Mons. Iuliu Hossu, Mons. Vasile
Aftenie, Mons. Ioan Bălan, Mons. Valeriu Traian Frenţiu, Mons. Ioan Suciu,
Mons. Tit Liviu Chinezu y Mons. Alexandru Rusu.
Redacción ACI
Prensa
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