viernes, 9 de octubre de 2015

EL ANACORETA Y EL DON


El joven seguidor llevaba unos días triste y preocupado. El Anacoreta, antes de ir a rezar Completas lo hizo sentar junto a él y le dijo:

- Hace unos días que te veo triste y preocupado. ¿Qué te ocurre?

El joven, tras unos momentos de reflexión, respondió:

- Cuando veo a las demás personas me siento inútil. No destaco en nada y no sé qué hacer.

El anciano lo miró con simpatía. Sonrió y le dijo:

- Tranquilízate. Todos los hombres tenemos un don específico que Dios nos da. Ese don es el pilar básico de nuestra existencia. Si miras en tu interior y analizas tus actos, un día lo descubrirás. Aquel día se te abrirán nuevos caminos. Basta con estar atento. No dudes que lo descubrirás.

Y se fueron a rezar Completas...


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