La liturgia sea en la Iglesia o fuera de ella…, arropa y dignifica, la
función que se realiza. Toda la acción del hombre sea en sentido material o espiritual
trata de dignificarla arropándola con una liturgia propia. En el orden
material, todo país sea occidental u oriental, tiene para funcionamiento de sus
instituciones establecidas, unas normas de actuación para cada acto y una serie
de elementos básicos como son su bandera, la corona y el cetro, cuando se trata
de un reino, el escudo nacional y otros de menor importancia.
Donde más claramente se aprecia la liturgia de las instituciones en un
país, es en su ejército. Las paradas militares, los relevos de las guardias, la
botadura de un buque, todo se realiza confirme a una liturgia, que da fe de la
unidad de ese pueblo, del amor de sus hijos a él. Existe una relación directa
entre la liturgia de las instituciones de un pueblo, su ejército, sus tribunales,
incluso su folclore, con la unidad y grandeza de ese pueblo y sus enemigos
trataran siempre de dividirlo para debilítarlo.
Entre otras funciones de la liturgia, está la
función de deslumbrar y emocionar, en las liturgias del orden material también se
realiza esta función, pero sobre todos, es en la liturgia que alimenta nuestro
espíritu donde más claramente se crean sentimientos de amor, emoción, y
admiración de la grandeza del Señor, entre otros propósitos. La Iglesia y no solo la
católica, todas tienen también, sus propias liturgias, que proclaman la
grandiosidad y belleza del culto al Dios que cada una alabe y adore.
A nosotros lo que nos interesa es la liturgia de la Iglesia Católica, en
ella y, sobre ella el prelado castrense de España, Monseñor D. Julián Lopez
Martín, nos dice que: la liturgia es una acción memorial que hace
presente y actualiza en los signos y símbolos sacramentales el misterio o
acontecimiento salvífico que es evocado. Ella es heredera y continuadora de la
Biblia en el plano del desarrollo progresivo de la historia de la salvación.
El Catecismo de la Iglesia católica nos dice en su parágrafo 1009: El Espíritu y la Iglesia
cooperan en la manifestación de Cristo y de su obra de salvación en la
Liturgia. Principalmente en la Eucaristía, y análogamente en los otros
sacramentos, la Liturgia es Memorial de la salvación. El Espíritu Santo es la
memoria viva de la Iglesia (cf. Jn 14, 26)”
Nuestra liturgia, ha sido y sigue siendo un eficaz
medio de llegar al catolicismo empleado por muchos pastores de otras iglesias
que partiendo del tronco católico, habían empezado a funcionar aceptando la
bella y rica liturgia católica, pero que con el tiempo han ido cercenándola la
liturgia, creyendo que simplificándola en función de las injerencias del poder
material, aumentaría la fe de su fieles. Con lo cual se han equivocado
totalmente
Nos dice Fernández Carvajal, que: “La liturgia es la oración pública por excelencia, es la cumbre hacia la
cual tiende toda la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo es fuente de
donde mana toda su fuerza”. La
oración de los fieles puede ser pública o privada. En el caso de que la oración
sea pública, esta habitualmente se hace, en la iglesia, en la casa del Señor y
es allí donde el esplendor de la liturgia en la administración de los
sacramento, en las exposiciones del Santísimo y en otras varias ceremonias la
liturgia brille belleza, riqueza y grandiosidad.
La liturgia de los hombres en la tierra está
asociada a la liturgia de los ángeles en el cielo. Nada de extraño hay en ello,
puesto que, como señala Santo Tomas de Aquino “los hombres y los ángeles
están ordenados a un solo fin que es la gloria de la bienaventuranza divina”.
Es obvio el especial interés, que tuvo Benedicto
XVI por la liturgia. Según Messori, para el Santo Padre esta “es
una de las mayores traiciones al Concilio”. Para el periodista, “el verdadero error es pensar
en la liturgia como si fuera un show, con el sacerdote que cierra la función
diciendo buenas tardes a todos y hasta la próxima, como ocurre en muchas
iglesias”. “Para Benedicto XVI –prosigue la fuerza de la Misa está,
precisamente, en la repetición, en decir las mismas cosas todos los días del
mismo modo, alternando gestos y silencios. El sacerdote es sólo un instrumento
al servicio del pueblo. Hasta el Papa lo es”. Anteriormente
en otro texto suyo, cuando era Cardenal Ratzinger, Benedicto XVI escribía
diciendo: “Estoy convencido de que la crisis eclesial en que nos encontramos hoy
depende en gran parte del hundimiento de la liturgia”.
Para Thomas Merton: “La función de la
imagen, del símbolo, de la poesía, de la música, del canto, y de todo lo ritual
(relacionado remotamente con la danza sagrada) es abrir el interior del
contemplativo, para incorporar los sentidos y el cuerpo en la totalidad de su
orientación a Dios, que es necesariamente la realidad de la adoración y de la
meditación”.
Nosotros, nuestra Iglesia que somos todos
nosotros, somos poseedores de una liturgia heredada en parte de la que se
practicaba en le época antiguo testamento, modificando y completando en la
línea que el Señor nos dejó marcada en el nuevo testamento, Son ritos palabras,
gestos, muy definidos: sacrificios, sacramentos, salmos, rezos orales, etc. Y
el peligro de que todas estas acciones y manifestaciones externas se encuentra,
en que se puedan vaciarse de sentido, estando siempre presentes.
Por lo mismo hemos de buscar, lo que hay debajo
de ello; incluso hemos de ir a conocer su historia, su origen y desarrollo para
que todo este mundo litúrgico sea la expresión viva de lo que hay dentro de
nuestras almas, porque el peligro que tenemos es que se acuda a una misa o aun
funeral o a una boda como a un espectáculo complementario sin comprender nada
del sentido de lo que allí sucede, viéndolo solo como una parte de lo que para
muchas personas es un rito obsoleto y molesto que hay que soportar, Para que
los curas nos case o bauticen a nuestros hijos.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de
que Dios te bendiga.
Juan
del Carmelo
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