Podemos creer, que dada la grandeza de Dios, su
alegría está en los grandes triunfos, en las grandes cosas, en los grandes
acontecimientos. El Dios Padre se alegra cuando regresa el hijo que había
perdido. El Dios Pastor se alegra cuando recupera la oveja perdida. Dios se
alegra en las pequeñas cosas. Porque Dios más que todopoderoso es
todomisericordioso. Él ve los pequeños detalles, los que nosotros no sabemos
ver. Dios se alegra cuando ve a un drogadicto volver a levantarse tras una
caída. Dios se alegra ante los esfuerzos de los más débiles para ser mejores.
Porque la alegría de Dios está en el verdadero amor. La alegría de Dios debe
ser nuestra alegría...
viernes, 12 de abril de 2013
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