El milagro que disparó una persecución brutal.
La República Checa sale hoy en todas las estadísticas como uno de los 5 países más ateos del mundo. Es el resultado de la durísima persecución comunista, de 1948 a 1988, una persecución mucho más tenaz, insidiosa y eficaz que en Polonia o Hungría, y que empezó con el "milagro de la cruz de Číhošt" y el martirio del párroco de ese pueblo, Josef Toufar.
Este jueves 25 de abril, el obispo Jan Vokál, de Hradec Kralové, ha anunciado que inicia el proceso de beatificación de Toufar, un mártir muy recordado en el país. Es protagonista de un telefilme de la CeskaTelevize de 2004 e inspirador de una novela de Josef Skvorecky.
EL MILAGRO: LA CRUZ QUE SE MOVÍA
En 1948 los comunistas dan un golpe de Estado y se hacen con el poder absoluto en Checoslovaquia. Ese mismo año llega al pueblecito de Číhošt el nuevo párroco, Josef Toufar, de 46 años.
El 11 de diciembre de 1949, tercer domingo de adviento, mientras el padre Toufar predica desde el púlpito, la cruz de metal de medio metro de alto que está a su espalda, sobre el altar, empieza a moverse por sí sola, primero a la izquierda, luego a la derecha, luego hacia el Oeste, según varios testigos. Hasta la revista TIME lo contaría así (puede accederse aquí en los archivos de TIME el 20 de febrero de 1950).
El cura no lo ve, porque le da la espalda, pero sí lo testimoniaron hasta 19 feligreses, que lo comentan con más gente. Se extiende la historia de un milagro en Číhošt, una señal de Dios para el pueblo sometido al comunismo.
UNA CARTA LO DETALLA
El 12 de enero de 1950, el mismo padre Toufar explica en una carta a otro sacerdote, Jon Dvorak Kresini lo que había pasado, según sus parroquianos: "lo vieron 19 testigos de 10 a 45 años de edad, entre ellos varios hombres, dos muy moderados en lo religioso, y uno de Zdislavice, casi no creyente", explica.
"Cada uno de ellos es sano y normal. Tambíén había un estudiante. No había sugestión ni ilusión óptica, explicaban lo que veían", añade. "Yo no lo vi ni oí hasta el día siguiente, cuando lo sabía toda la parroquia y las aldeas de alrededor. Si no lo vieron todos es porque los feligreses me estaban mirando a mí, que predico bastante rápido". Y añade un esquema de cómo se movía la cruz (puede consultarse en esta web sobre el milagro: http://www.regionalist.cz/cihost/index1.htm )
UNA OPORTUNIDAD CONTRA LA IGLESIA
En Praga las autoridades comunistas no desprecian el caso: es una ocasión para cargar contra la izquierda, y envían al pueblo agentes de la StB, la policía secreta. El 28 de enero detienen al cura y su sacristán.
El mismo presidente Klement Gottwald está al tanto del asunto y lo supervisa. Milos Hrabina, uno de los agentes encargados del caso, admitiría en 1962 que su misión era conseguir materiales incriminatorios, incluyendo la confesión del cura de que él había falsificado el milagro, usando cuerdas y poleas ocultas para mover la cruz.
Pero el padre Toufar se negó repetidamente a confesar una falsificación, y fue torturado a golpes durante febrero por el interrogador Ladislav Mácha, de forma que el día 23, con las piernas destrozadas, ya el sacerdote era incapaz de moverse, de sentarse y apenas podía hablar. Sangraba por la boca con frecuencia.
LA PELÍCULA PROPAGANDÍSTICA
Lo llevaron a Číhošt de nuevo con un motivo macabro: filmar una película en la parroquia, un filme propagandístico que recrease, con su imagen, el supuesto truco de cuerdas y poleas, la forma en que la Iglesia engañaba a los supersticiosos campesinos.
Pero el cura estaba tan herido que no pudo participar apenas, y en varias imágenes se usó un doble, fácil de reconocer en la película. En este video en YouTube se pueden ver algunas escenas de este filme que se emitió por todo el país, para convencer al pueblo de la "estafa" de la "superstición católica" y su conexión con Roma y con Estados Unidos (como se indica en las escenas finales).
Al poco de volver del pueblo, el 25 de febrero, menos de un mes después de su detención, el padre Toufar moría por las heridas recibidas en la tortura.
Pero las autoridades no dijeron al mundo que habían matado al cura de Číhošt, ese "manipulador". Lo enterraron a escondidas en una tumba común en el cementerio de Dablice. El muerto que salió de las instalaciones figuraba con el falso nombre de J. Zouhar.
EL MINISTRO MENTÍA ANTE LA PRENSA
Al mundo le dijeron que el cura falsificador estaba preso. El mismísimo ministro de Interior, Vaclav Nosek, dio una rueda de prensa "a la que los corresponsales occidentales no estaban invitados", detallaba ese mismo año 1950 el Catholic Herald (puede consultarse aquí). Anunció que el cura había confesado que había falsificado el milagro, que "él sabe que va a ser juzgado y castigado", y que otros cómplices de la falsificación habían sido arrestados: "incluyendo sirvientes a sueldo del alto clero católico", anunció.
El ministro presentó un modelo de cuerdas y poleas y la película propagandística... pero no al padre Toufar, ya para entonces muerto y enterrado. Pasarían 4 años antes de que avisaran a los parientes de Toufar que el sacerdote estaba muerto.
TENAZ PERSECUCIÓN CONTRA LOS CRISTIANOS
El caso de la cruz de Číhošt fue el pistoletazo de salida para la represión de la Iglesia católica en Checoslovaquia. Se expulsó al clero de etnia alemana y a los extranjeros en general, se prohibió directamente el catolicismo de rito bizantino y sus propiedades fueron entregadas a clero ortodoxo ruso dócil, más de 6.000 clérigos fueron encarcelados en los años 50 (una media de 5 años o más). En 1968 quedaban en Checoslovaquia la mitad de curas que veinte años antes, y la mitad de ellos eran muy ancianos, y buena parte eran colaboracionistas del régimen.
A Josef Peske, fotógrafo, que había hecho una foto de la cruz de la parroquia por encargo del padre Toufar, las autoridades le condenaron a 13 años de prisión por "promoción del milagro". Peske se había negado a admitir que viese poleas o cuerdas o instalaciones en la iglesia.
LA BREVE "PRIMAVERA DE PRAGA"
En 1968, durante la "Primavera de Praga", se inició una investigación. El policía Frantisek Goldbricht, que había estado en la parroquia el 21 de diciembre de 1949, antes de llegar los agentes de la StB desde la capital, declaró que no había visto nada de poleas ni ingenios en el altar. En esta investigación los agentes de la StB declararon que los ingenios y cuerdas y poleas habían estado escondidas detrás de los jarrones con flores del altar... un absurdo, porque el milagro sucedió en Adviento, tiempo de austeridad, cuando la liturgia no permite adornar el altar con flores.
Después llegaron los tanques soviéticos, se acabó la "Primavera de Praga" y la investigación. Sólo se retomaría en 1988, cuando el Estado rehabilitó plenamente al padre Josef Toufar.
El Instituto para la Documentación e Investigación de los Crímenes del Comunismo en 1989 estudió detalladamente el caso de Číhošt, llegando a la conclusión de que la teoría de que el milagro lo habían "cocinado" realmente los servicios secretos para tener una excusa para empezar la persecución no se podría demostrar ni negar nunca de forma definitiva.
UN MÁRTIR DE LA FE
La Iglesia no se ha declarado oficialmente sobre el milagro, el movimiento de la cruz. Pero sí sobre Toufar, que es Venerable al iniciarse su causa de beatificación. Se considera que murió mártir por su fe: si hubiera cedido y colaborado en la mentira contra la Iglesia, no le habrían torturado ni habría muerto.
El historiador Jaroslav Šebek, de la Academia de Ciencias, indicó que los católicos checos aprecian a Toufar como a una persona que no vaciló en sacrificar su vida en defensa de sus ideales y en la lucha contra el comunismo.
Los habitantes de Číhošť, especialmente los que vivieron los difíciles años 50, recibieron ahora con alegría la noticia sobre la posible beatificación de Toufar, a quien conocían y apreciaban. Růžena Lebedová, hoy de 85 años de edad, entonces de 21, declara: ”Todos aquí esperamos con ansiedad que ese proceso termine con éxito. Estamos seguros y coincidimos todos en que el padre Toufar merece ser beatificado. Yo digo que después ya podré morir tranquila”.
El torturador que mató al padre Toufar, Ladisláv Macha, fue juzgado y condenado en 1998, culpable de mala conducta e infringir graves lesiones corporales, pero no llegó a entrar en prisión, por motivos de salud. Tenía 75 años: hoy tiene 90, y sigue vivo.
[El telefilme de 2004 de 97 minutos de la TV checa, en CeskaTelevize.cz, puede verse en este enlace, en checo con subtítulos también en checo].
Pablo J. Ginés/ReL
No hay comentarios:
Publicar un comentario