Hay
un fulano que me está molestando… me está sacando de quicio.
Desde
cuándo le has dado tú permiso para que te moleste, te fastidie, te saque de
quicio? Con que le has dado poder sobre tu vida, eh!
Le
has entregado la llave de tu libertad, y ahora te diviertes cuando él te
divierte, y te fastidias cuando él te fastidia. No es eso? Pues, valiente
persona que eres!
Echarle
a otros la culpa de mi propio malestar era un escape, un mecanismo de defensa
sicológico, un tratar de quitarme la responsabilidad de los hombros y echársela
encima a los demás, un hacerme la victima inocente e indefensa que nada puede
hacer mas que sufrir pacientemente lo que otros despiadadamente me echan
encima. Esa cobarde actitud queda denunciada, desenmascarada y rechazada
enérgicamente.
“ME
HAN INSULTADO, ENGAÑADO, NO ME HACEN CASO, NO ME CORRESPONDEN”
Si
has de tomar medidas para contrarrestar el daño que te ha hecho o puede
hacerte, tómalas y arregla el asunto de hombre a hombre; pero lo que no vale es
quedarte sentado sin hacer nada más que quejarte a los cuatro vientos de la
injusticia de que eres objeto, y pretender que te tengamos lástima y te demos
la razón.
De
ninguna manera. Si quieres sufrir, sufre, pero asume la responsabilidad de tu
sufrimiento y reconoce que viene de ti mismo, de tu enfado contigo mismo, por
tu impotencia y tu cobardía, del rechazarte a ti mismo por tu derrota sin lucha,
por tu frustración. Tú eres quien te estás haciendo sufrir a ti mismo, y nadie más
EJEMPLO
Estás
de pie en una cola de gente esperando impacientemente tu turno, cuando llega
otro tarde por detrás, se cuela y se pone adelante. Entonces te pones a
lloriquear, coges una revista arrollada y empiezas a pegarle en la cabeza
mientras sigues gimiendo y lamentándote: “Miren, ese hombre me ha hecho una
injusticia, se ha colado delante de mi y no tiene ningún derecho a hacerlo…
pobre de mi, cuánto tengo que sufrir”.
LECCION
Si
alguien se cuela y se pone injustamente delante de ti, házselo saber con buenos
modales e invítalo a que se ponga en el sitio que le corresponde; si entiende
razones y se vuelve a la cola, haz ganado; si se pone violento, tú razonas
sencillamente que es preferible aguardar un turno más en la cola que exponerte
a sufrir daño físico, y con esa consideración te quedas tranquilamente donde
estás, y no ha pasado nada.
Has
hecho lo que debías, aceptas que la otra persona hizo mal, pero nada de
lloriqueos ni gemidos.
Sigue
escudriñando las manifestaciones de tu mente, y caen en la cuenta de que todo
sufrimiento viene de la programación de tu cerebro.
Sigue
limpiando tu cerebro de tanta suciedad y oxidación que ha adquirido a lo largo
de tantos años que lleva funcionando, y verás como la salud y la felicidad
vuelven a tu vida.
Publicado
por: José Miguel Pajares Clausen
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