Me han dicho que estoy loco y... reflexionando sobre esto he llegado a la conclusión de que ¡es cierto!
Es muy emocionante ver con lágrimas en los ojos a unos padres que entregan a su hijo, alguien ilusionado al responder a una llamada que muchos en el mundo no están dispuestos a escuchar. Pero es mucho más emocionante encontrarte con personas que tienen esa misma idea de querer estar totalmente entregados a Ese por quien la vida tiene sentido.
En estos días estamos como los primeros apóstoles, que dejando sus proyectos personales fueron a vivir con Jesús. Sí, algunos han dejado una carrera, otros su país... todos han dejado sus aspiraciones humanas, para seguir las que realmente valen la pena.
Todos vienen de diferentes ambientes, estoy seguro que si te tomas un tiempo en preguntarle a alguien sobre su vocación, cada uno te platicará algo distinto. Sin embargo, lo más importante no es nuestra historia, sino la historia tan viva de Aquel que nos llamó.
Hemos vivido muchas cosas importantes en esta primera semana, algunos me han escrito lo que han sentido.... Seguramente habrá quienes piensen que todo el tiempo estamos aburridos, enclaustrados, absortos en una oración sin término; la verdad es que hemos hecho todo menos eso; por supuesto que nuestra vida esta cimentada en la oración y la relación con Cristo, sin embargo hay una enorme distancia entre eso y pasarnos el día de rodillas en la capilla.
Las personas que he encontrado aquí se han convertido en verdaderos hermanos de una misma familia, las bromas y carcajadas son constantes durante todo el día; y el ritmo de vida es tan agradable, que si los jóvenes del mundo dejaran de lado prejuicios tontos y se atrevieran a dar un paso mas adelante, las puertas de los seminarios estarían llenas.
Sin duda, algo hemos sentido para estar aquí. No ha sido una decisión basada en una simple inquietud, sino en algo que no se puede explicar con palabras. Para nosotros estos días nos han marcado... Al encontrarme con esto en la historia de mi vida, algunos me han dicho: "¡felicidades!", otros me piden sus oraciones deseándome lo mejor, algunos quizás les es normal que uno de sus amigos se decida por esto y se limitan a platicar 10 minutos en el ultimo día antes de partir... prometiendo un correo o una carta, pero otros... otros me han dicho que estoy "loco" y... reflexionando sobre esto he llegado a la conclusión de que ¡es cierto! este amor no tiene explicaciones humanas, simplemente le agradezco a Dios la oportunidad que me ha dado de pertenecer al "manicomio".
Todos podemos afirmar que las palabras de san Pablo se cumplen en nuestros primeros días, "Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo".
Autor: Mariano Hernández
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