El documento que como joven teólogo firmara Joseph Ratzinger en los años 70, sobre el tema del celibato sacerdotal, y que a inicios de febrero, finales de enero de 2011, fuera ampliamente reproducido y citado en prácticamente toda la prensa laica, evidencia, una vez más, el interés que suscita la vida del Papa y ese afán «massmediáticamente» patológico de tergiversar las palabras y actos de la vida actual y pasada de Benedicto XVI.
La fenomenología de la prensa sobre el caso en cuestión fue la siguiente: «Documento muestra que el Papa admite relajante reglas de celibato», titulaba «The Irish Time» (cf. 29.01.2011); «Basta con el celibato de los sacerdotes, apelación del joven Ratzinger», decía el italiano «La Repubblica» (29.01.2011); «Ratzinger defendió en 1970 una reforma urgente del celibato», afirmaba «El País» (cf. 29.01.2011); y así decenas de aproximaciones en la misma línea.
«Den Unterfertigten zur Erinnerung» - nombre original del documento fechado el 9 de febrero de 1970 - es un texto donde un grupo de jóvenes teólogos (Karl Lehmann, Walter Kasper y Karl Rahner, por citar los más conocidos) pedían a la Conferencia Episcopal Alemana la posibilidad de «discutir» sobre el tema del celibato como disciplina en la Iglesia católica de rito latino. Efectivamente, Joseph Ratzinger fue uno de los firmantes. ¿Esa firma ponía en duda la disciplina sobre el tema del celibato?
El punto uno de «Den Unterfertigten zur Erinnerung» dice claramente: «esta petición no es ninguna llamada de oponentes al celibato sacerdotal».
La agencia portuguesa «Ecclesia» recogió algunas declaraciones actuales de uno de los firmantes de aquel documento confidencial dirigido a los obispos alemanes, el cardenal Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Las palabras del cardenal Kasper han matizado y despejado cualquier duda que pudo haber quedado en el aire sobre el tema en cuestión: el documento pretendía «discutir» sobre el celibato, no abolirlo: «Después de esto se discutió mucho, tuvieron lugar tres sínodos mundiales que hablaron sobre el celibato y se decidió mantener esta disciplina, y yo mismo acredito que el celibato es un bien para la Iglesia».
Decía el profr. Diego Contreras que una de las primeras reglas del periodismo es saber leer: y esto implica reflejar lo que las cosas dicen y no lo que cada uno quiere que digan. «Discutir», de acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa examinar atenta y particularmente una materia.
Aún suponiendo que de joven el Papa actual hubiera dudado del celibato (hecho por lo demás falso y que sólo mencionamos para dar pie a la reflexión que sigue), aquel documento pondría de manifiesto que no es eso lo que piensa hoy. Además, es un texto común, no un escrito personal. Este artículo también podría llamarse «cuando los diccionarios faltan en los despachos de periodistas».
La fenomenología de la prensa sobre el caso en cuestión fue la siguiente: «Documento muestra que el Papa admite relajante reglas de celibato», titulaba «The Irish Time» (cf. 29.01.2011); «Basta con el celibato de los sacerdotes, apelación del joven Ratzinger», decía el italiano «La Repubblica» (29.01.2011); «Ratzinger defendió en 1970 una reforma urgente del celibato», afirmaba «El País» (cf. 29.01.2011); y así decenas de aproximaciones en la misma línea.
«Den Unterfertigten zur Erinnerung» - nombre original del documento fechado el 9 de febrero de 1970 - es un texto donde un grupo de jóvenes teólogos (Karl Lehmann, Walter Kasper y Karl Rahner, por citar los más conocidos) pedían a la Conferencia Episcopal Alemana la posibilidad de «discutir» sobre el tema del celibato como disciplina en la Iglesia católica de rito latino. Efectivamente, Joseph Ratzinger fue uno de los firmantes. ¿Esa firma ponía en duda la disciplina sobre el tema del celibato?
El punto uno de «Den Unterfertigten zur Erinnerung» dice claramente: «esta petición no es ninguna llamada de oponentes al celibato sacerdotal».
La agencia portuguesa «Ecclesia» recogió algunas declaraciones actuales de uno de los firmantes de aquel documento confidencial dirigido a los obispos alemanes, el cardenal Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Las palabras del cardenal Kasper han matizado y despejado cualquier duda que pudo haber quedado en el aire sobre el tema en cuestión: el documento pretendía «discutir» sobre el celibato, no abolirlo: «Después de esto se discutió mucho, tuvieron lugar tres sínodos mundiales que hablaron sobre el celibato y se decidió mantener esta disciplina, y yo mismo acredito que el celibato es un bien para la Iglesia».
Decía el profr. Diego Contreras que una de las primeras reglas del periodismo es saber leer: y esto implica reflejar lo que las cosas dicen y no lo que cada uno quiere que digan. «Discutir», de acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa examinar atenta y particularmente una materia.
Aún suponiendo que de joven el Papa actual hubiera dudado del celibato (hecho por lo demás falso y que sólo mencionamos para dar pie a la reflexión que sigue), aquel documento pondría de manifiesto que no es eso lo que piensa hoy. Además, es un texto común, no un escrito personal. Este artículo también podría llamarse «cuando los diccionarios faltan en los despachos de periodistas».
Jorge Enrique Mujica L.C.
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