Robert Pershing Wadlow (en la fotografía) ha sido, hasta ahora, la persona más alta del mundo, con nada menos que 2,72 m. de altura. La reflexión de hoy, trata del tamaño de las personas, de cómo determinar su grandeza.
EL TAMAÑO DE LAS PERSONAS
Una persona es enorme para uno cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.
Es pequeña cuando solo piensa en sí misma, y le hace creer a los otros que piensa en ellos cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es más importante entre dos personas: La Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto, el celo y asimismo el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo… Cuando trata de entenderte aunque no piense igual. Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de si misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos estereotipados. Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a la gente como un titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene convicciones y se deja manejar…
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir en un corto espacio de tiempo.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo. Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…de muchos… Una acción correcta puede enaltecer a otros.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos, ya que nosotros juzgamos a través de centímetros y metros, acciones y reacciones, de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El egoísmo unifica a los insignificantes, a los perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos No es la altura, ni el peso, ni la belleza ni un titulo o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande… es su honestidad, su decencia… su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás. Por su sensibilidad sin tamaño…
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