jueves, 19 de febrero de 2009

EL HACHERO


Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.

El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona.
El hombre entusiasmado salio al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.
· Te felicito - dijo el capataz - sigue así

Animado por las palabras del capataz, el hachero decidió mejorar su propio desempeño al día siguiente; así que esa noche se acostó bien temprano.

En la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que 15 árboles.
· Me debo haber cansado - pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.

Al amanecer se levantó y decidió batir su marca de 18 árboles. Sin embargo ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.

Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer.

El capataz le pregunto:
· “¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?”
· “¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles

Reflexión: Cuantas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente, que le restamos tiempo a lo importante.... Te invito a pensar...
· ¿Cuál es el hacha de tu vida, que no estás afilando?
· ¿En qué estás ocupando tu tiempo, a qué le estás prestando atención?

Tal vez estamos tan ocupados en querer llegar al destino, que nos olvidamos de mirar el paisaje...

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