María Maravillas Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid, España, el 4 de noviembre de 1891. Al ingresar a la Orden de las Carmelitas Descalzas, tomó el nombre de María de las Maravillas de Jesús. Además de ser reconocida por haber impulsado la renovación espiritual de su Orden, es considerada como una de las más importantes místicas del siglo XX. Su fiesta se celebra el 11 de diciembre.
Sus padres pertenecieron a la nobleza española. Su padre fue don Luis
Pidal y Mon, segundo marqués de Pidal, y su madre doña Cristina Chico de Guzmán
y Muñoz, nieta y sobrina de los condes del Retamoso. Luis Pidal fue Ministro de
Fomento de España y posteriormente embajador ante la Santa Sede.
En 1921 hizo sus votos religiosos y solo un par de años después se
aventuró a fundar un convento de Carmelitas en Getafe, en el hoy famoso Cerro
de los Ángeles, muy cerca del “centro geográfico” de
España. Para ello contó con el apoyo de Mons. Leopoldo Eijo y Garay, obispo de
Madrid-Alcalá. En 1924 la Hermana María Maravillas y otras tres monjas
carmelitas se mudaron a Getafe, a una residencia provisional, mientras se
concluía la construcción del convento. El 30 de mayo de 1924 María de las
Maravillas hizo su profesión solemne, y en junio de 1926 fue nombrada priora de
la comunidad del Monasterio del Sagrado Corazón y Nuestra Señora de los
Ángeles, inaugurado unos meses después.
Durante la Guerra Civil española, la hermana María de las Maravillas se
abocó de manera especial a la oración, pero también, con la autorización papal,
a asistir a los necesitados y a las víctimas de la guerra. Fue siempre una
mujer comprometida con la ayuda al prójimo, con el deseo de ser como Cristo en
todo. «No quiero la vida más que para imitar lo más
posible a la de Cristo» escribió alguna vez, consciente de que la unión
con Dios es motor para amar más a quienes sufren.
En consonancia con ese espíritu caritativo, la hermana María de las
Maravillas impulsó la fundación de varios “carmelos”
-nombre que se le da a los conventos carmelitas descalzos- e impulsó una
vuelta al espíritu reformador de Santa Teresa de Jesús. En los carmelos las
hermanas vivían en auténtica pobreza, dedicándose al trabajo manual para su
sustento y a las labores más sencillas.
Santa Maravillas de Jesús murió el 11 de diciembre de 1974, a los 83 años.
Fue beatificada en Roma por el Papa San Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998. El
mismo Papa, San Juan Pablo II, la canonizó el 4 de mayo de 2003, juntamente con
Santa Genoveva Torres, San Pedro Póveda, Santa Ángela de la Cruz y San José
María Rubio S.J.
“¡Qué felicidad morir Carmelita!” (Santa María Maravillas de Jesús).
Redacción ACI Prensa
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