Cierta persona me preguntaba si podía comentar el belén que cierto obispo ha puesto en su diócesis... Se podrían decir tantas cosas. Tantas cosas del belén y de alrededor del belén.
Voy a
responder a tantas cuestiones eclesiásticas de la siguiente manera: ¿Podrían optimizarse nuestras ciudades de un modo
sustancial? La respuesta es sí.
¿Por qué no se hace? Pues
bien, la respuesta vale para la sociedad civil y para la Iglesia. No hace falta
que diseccione la respuesta. El sentido común basta.
Respecto
a la Iglesia, tengo un libro en el que sí que he abordado, en detalle, cuál es
mi opinión acerca de cómo solucionarlo. Permitidme que no sea más explícito.
No soy
explícito, pero sí que se distinguir entre la belleza de las capillas que pongo
en las dos fotos de hoy y la de ayer, respecto a la foto que no puse de la capilla de ayer.
¿Por qué una capilla es bellísima y dan ganas de quedarse a orar, y otra
capilla es espantosa y dan ganas de salir cuanto antes? La respuesta es la siguiente: porque hay quien
debería estar en un puesto y no lo está, y hay quien esté en un puesto y no
debería estar.
En
el fondo, todo es tan sencillo.
¿Qué debemos hacer tú y yo? Pues a
estas horas, yo rezar la hora nona, trabajar un rato y desplazarme a celebrar
misa en una parroquia, me lo ha pedido el párroco. Celebraré con toda devoción,
no criticaré, no juzgaré en mi interior. Viviré en paz y sabré que los
problemas de
hoy, probablemente serán los
del siglo XXII, y que fueron los del siglo XVIII.
P. FORTEA
No hay comentarios:
Publicar un comentario