¡TIERRA DE MIS DELICIAS, TIERRA DE LA ESPERANZA, DONDE
MANA LECHE Y MIEL. DONDE MUCHOS ENCONTRARÁN REFUGIO Y AMPARO EN LOS DÍAS DE
ANGUSTIA QUE SE APROXIMAN!
OCTUBRE 12 DE 2015 – 9:15 A.M.
LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO AL PUEBLO ANTIOQUEÑO
Mi
paz sea con vosotros, hijos míos.
Oh
mi amada tierra antioqueña, cuánto he sufrido por ti y también cuánto me he
regocijado con el amor y fervor de la inmensa mayoría de vuestros hijos, que me
buscan con sincero corazón. Tierra de mis delicias, tierra de la esperanza,
donde mana leche y miel. Donde muchos encontrarán refugio y amparo en los días
de angustia que se aproximan.
Hijos
míos, esta tierra tiene mi bendición y será fortín espiritual para el mundo
entero. Os digo: Donde abunda el pecado, también florece la gracia. Es en esta
tierra donde más se le reza el Santo Rosario a mi Madre y se asiste masivamente
y con fervor a mi Santo Sacrificio todos los días de la semana. Es también esta
tierra semillero de vocaciones sacerdotales y religiosas y de verdaderos
guerreros espirituales que están iluminando la oscuridad de este mundo que yace
en tinieblas.
La
que ha sido criticada, señalada y discriminada por la humanidad, es hoy mi bien
amada donde he puesto mi bendición y he derramado mis gracias. En Antioquía se
llamó por primera vez cristianos a mis discípulos y de Antioquia saldrá la luz
y la fuerza evangelizadora que iluminará y devolverá la fe a una humanidad que
yace sumida en la apostasía y la oscuridad.
Venid
hijos míos a esta tierra bendecida por Mí; tierra de provisiones y de una gran
calidad humana, donde no seréis extranjeros, sino todos hermanos. Yo la he
elegido entre muchas naciones para que sea refugio y fortaleza espiritual para
mis hijos. Amo esta tierra Antioqueña de habitantes humildes, trabajadores y
sencillos; donde se alaba a mi Padre y venera a mi Madre; donde mis Sagrarios
no permanecen solos y soy bendecido y alabado de día y de noche. Tierra donde
soy amado y es amada mi Madre.
Regocijaos
hijos míos, porque he puesto mis ojos en vuestra tierra y la he elegido para que
de ella salga la luz de la esperanza y renazca de nuevo la fe en el corazón de
esta humanidad que se ha apartado del amor de Dios.
Mi
paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios
está cerca.
Os
ama vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad
a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
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