Formar un carácter capaz de dominar la comodidad y los impulsos propios de su forma de ser para hacer la vida más amable a los demás.
Es el
valor que nos ayuda a controlar los impulsos de nuestro carácter y la tendencia
a la comodidad mediante la voluntad. Nos estimula a afrontar con serenidad los
contratiempos y a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.
El
autodominio debe comprenderse como una actitud que nos impulsa a cambiar
positivamente nuestra personalidad. Cuando no existe esa fuerza interior, se
realizan acciones poco adecuadas, generalmente como resultado de un estado de
ánimo; la armonía que debe existir en toda convivencia se rompe; quedamos
expuestos a caer en excesos de toda índole y entramos en un estado de comodidad
que nos impide concretar propósitos.
Cada día
que buscamos ejercer ese señorío sobre nosotros mismos, automáticamente nuestro
carácter comienza a madurar por la serenidad y paciencia que imprime este
valor, la voluntad nos libera del desánimo, controlamos nuestros gustos y
vivimos mejor la sobriedad, en pocas palabras, entramos en un proceso de
superación constante.
Algunas
personas han opinado que la fuente para lograr el autodominio proviene de la
aplicación de algunas técnicas para relajarse, y aunque efectivamente pueden
ayudar, no debemos perder de vista que los valores se forman a través del
ejercicio diario, con el esfuerzo por descubrir en nuestra personalidad
aquellos rasgos poco favorables.
Las
costumbres y hábitos determinan en mucho la falta de autodominio. Debemos
comenzar por analizar cuáles de ellas nos condicionan e impiden vivir este
valor.
El
autodominio nos ayuda a reconocer los distintos aspectos de nuestra
personalidad y nuestra forma de reaccionar ante determinadas circunstancias.
Debemos cambiar nuestras disposiciones en sentido positivo: “en lugar de
molestarme por la lentitud de “x” empleado -cuyo ritmo de trabajo es así-,
ahora no sólo evitaré el disgusto y llamada de atención, procuraré darle un
buen consejo que le ayude a mejorar”. Lo mismo aplica para los hijos, el
cónyuge y hasta con algunos amigos. Este cambio no es sencillo, requiere
atención y esfuerzo para anticipar nuestras reacciones, lo cual significa remar
contracorriente para corregir este mal hábito.
Otras de
las costumbres más arraigadas se encuentran en el terreno de los gustos y
comodidades personales, en apariencia es poco significativo privarse de una
golosina a media mañana, quedarse en cama más de lo debido, terminar de
trabajar antes de la hora de salida, o buscar como perder el tiempo para llegar
más tarde a casa y evadir alguna ocupación, pero cada una de estas cosas
pequeñas constituye una excelente oportunidad para practicar el autodominio.
Quien tiene la capacidad de privarse de un gusto, también tendrá la fortaleza
para soportar situaciones desagradables.
Para
algunas personas, la falta de este valor se manifiesta por el deseo de
convertirse en el centro de atención en todo lugar, acaparar las
conversaciones, presumir de sus logros, compararse continuamente con los demás…
El autodominio también ayuda a ser más sencillos, hombres y mujeres de acción y
no de palabras inútiles.
En
familia este valor es indispensable para la sana convivencia, pues implica
aprender a tolerar y pasar por alto las pequeñas fricciones cotidianas, no se
tratar de desentenderse, sino de dar ejemplo de serenidad, comprensión y
cariño, principalmente cuando se tiene la responsabilidad de educar a los
hijos. También nos ayuda a estar pendientes de las necesidades de los demás y
prestarles servicios, pues la comodidad nos hace esperar ser atendidos,
mientras que el autodominio nos impulsa a ser más participativos en los
quehaceres cotidianos.
En el
contexto de las relaciones personales, el autodominio nos impulsa a ser discretos
y maduros para evitar la murmuración, la crítica y la difamación de los demás
por cualquier situación que es incompatible con nuestra forma de pensar.
La
práctica del autodominio también nos induce a perfeccionar nuestros hábitos de
trabajo, aprovechar más el tiempo, tener más cuidado en lo que hacemos, “dar el
extra” cuando se necesite. En el campo escolar y profesional siempre es
necesario el perfeccionamiento, que sólo se alcanza con esfuerzo, alejando la
pereza y la mentalidad conformista.
PARA INICIAR Y DESARROLLAR EL
AUTODOMINIO, CONSIDERA COMO IMPORTANTE:
– Aprende
a escuchar. De lo contrario, se convierte en la muestra más clara de la falta
de autodominio.
– Procura
no distinguirte por comer abundantemente, decir disparates, vestir de forma estrafalaria,
mostrar poca educación o malos modales.
– Evita
el deseo de enterarte de lo que no te incumbe, hacer comentarios imprudentes y
dar consejos no solicitados, eso es ser entrometido.
– Cuida
especialmente tus relaciones personales, evita suponer las palabras y actitudes
que los demás tienen y que “motivan” tu enojo. Lo más importante es que tu
cambies de actitud, que hasta ahora también es predecible.
– Dedica
unos minutos cada día para reflexionar y elaborar una pequeña lista sobre las
situaciones cotidianas que normalmente te disgustan, provocan pereza, caes en
excesos y aquellas en las que evades tus responsabilidades. No te preocupes si
en un principio son pocas, más adelante seguirás descubriendo otras no menos
importantes.
– De la
lista obtenida, selecciona dos de todas ellas (puedes elegir entre las
interrupciones en el trabajo, comprar los víveres para el hogar, desvelarte con
frecuencia, dedicar el tiempo necesario al estudio, por ejemplo), reflexiona
sobre la actitud correcta que debes adoptar y llévalas a la práctica por una o
dos semanas, después de ese período elige otras y así sucesivamente.
La
persona que aprende a controlarse interiormente tiene el privilegio de vivir
una alegría auténtica, pues jamás se deja llevar por los disgustos y contratiempos;
además, tiene la tranquilidad del deber cumplido, pues por el control que tiene
sobre la comodidad, es capaz de cumplir con sus deberes oportunamente.
Consecuentemente, todo esto le ayuda a tener excelentes relaciones personales,
por la cordialidad y delicadeza que mantiene en su trato.
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