Revisando la lejanía de los
siglos y mi entorno más cercano, llego a la conclusión de que en la medida en
que alguien es más tonto, más listo se cree. Y este hecho, desde luego, no está
carente de lógica. Pues en la misma medida de la ignorancia hallamos el
desconocimiento de nuestros propios límites.
Curiosamente, siempre suele
existir una proporcionalidad entre el equivocado autoreconocimiento de nuestras
propias capacidades, y la el menosprecio de la valía de aquellos que nos
rodean.
Cambiando de tema, cosa que hago
a propósito, hemos tenido cortado el gas en todo el edificio durante un día
entero. Esta avería me ha hecho valorar algo más esos pequeños detalles de la
vida como disponer de agua cliente.
Cuando un vecino me ha dicho que ya teníamos agua caliente, con gusto le
hubiera dicho como broma: Ah, no me había enterado. ¿Hace cuantos días que
carecemos de ella?
P.
FORTEA
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