¿Por qué tantos milagros y
curaciones en los evangelios?
¿Qué interés tiene Cristo en
curar?
¿Y sobre todo, por qué?
Podría en un acto de su voluntad
divina haber curado de una vez a todos los ciegos, cojos, paralíticos,
leprosos...
Podría haber ahorrado mucho sufrimiento. ¿No era Jesús un filántropo, un amigo de la humanidad? ¿El iniciador de una ONG nueva?
Podría haber ahorrado mucho sufrimiento. ¿No era Jesús un filántropo, un amigo de la humanidad? ¿El iniciador de una ONG nueva?
Los milagros pretendían sobre
todo un fin espiritual. Mostraban su divinidad de manera clara, actuando
mediante su carne, su humanidad. Y así, curando, se veía que aquel Hombre era
el Dios-con-nosotros, que el poder de Dios residía en Él, porque era Dios
mismo, y su actuación señalaba el orden más importante, el que más le
preocupaba e interesaba.
Los milagros y curaciones son
signos del Reino de Dios, de la victoria pascual del Señor.
Esto no es negar la verdad
histórica: fueron realmente curados y no son relatos mitológicos o simbólicos.
¡Que se lo pregunten a estos enfermos que tanto se alegraban! Lo que hemos de
conseguir es ir más allá de una lectura del milagro concreto para comprender la
intención de estas actuaciones salvadoras de Jesus.
La enfermedad y la sanación en el
Evangelio tienen que ver con el Reino de Dios que en Cristo se está
inaugurando:
"Jesús no deja lugar a dudas: Dios -cuyo
rostro él mismo nos ha revelado- es el Dios de la vida, que nos libra de todo
mal. Los signos de este poder suyo de amor son las curaciones que realiza: así demuestra
que el reino de Dios está cerca, devolviendo a hombres y mujeres la plena
integridad de espíritu y cuerpo. Digo que estas curaciones son signos: no se
quedan en sí mismas, sino que guían hacia el mensaje de Cristo, nos guían hacia
Dios y nos dan a entender que la verdadera y más profunda enfermedad del hombre
es la ausencia de Dios, de la fuente de verdad y de amor. Y sólo la
reconciliación con Dios puede darnos la verdadera curación, la verdadera vida,
porque una vida sin amor y sin verdad no sería vida. El reino de Dios es
precisamente la presencia de la verdad y del amor; y así es curación en la
profundidad de nuestro ser. Por tanto, se comprende porqué su predicación y las
curaciones que realiza siempre están unidas. En efecto, forman un único mensaje
de esperanza y de salvación" (Benedicto XVI, Ángelus, 8-febrero-2009).
Veamos. ¿Qué es la enfermedad?
¿Cómo mira Cristo la enfermedad? ¿Qué valor último le da a la enfermedad?
Es un fruto o consecuencia del
pecado; no del pecado personal, a modo de castigo airado de Dios, sino del
pecado de la humanidad, pecado original, que ha debilitado y desordenado todo.
Cristo ve las enfermedades como
fruto del mal en la humanidad y en la naturaleza; curar es rescatar al hombre
de las garras del mal, de las consecuencias del pecado. Es la enfermedad un
símbolo, además, de la situación de toda persona en su alma: somos débiles,
necesitados, dependientes, y necesitamos del Señor.
"La enfermedad es un rasgo típico de la
condición humana, hasta tal punto de que puede convertirse en una metáfora
realista de ella, como expresa bien san Agustín en una oración suya:
"¡Señor, ten compasión de mí! ¡Ay de mí! Mira aquí mis llagas; no las
escondo; tú eres médico, yo enfermo; tú eres misericordioso, yo miserable"
(Confesiones, X, 39)" (Benedicto XVI, Ángelus, 12-febrero-2006).
La enfermedad es signo del
pecado, de ahí los milagros, que revelan el poder del Señor sobre el pecado y
sobre la muerte, restableciéndole en su dignidad al hombre.
"Este
relato evangélico [el paralítico con la camilla] muestra que Jesús no sólo
tiene el poder de curar el cuerpo enfermo, sino también el de perdonar los
pecados; más aún, la curación física es signo de la curación espiritual que
produce su perdón. Efectivamente, el pecado es una suerte de parálisis del
espíritu, de la que solamente puede liberarnos la fuerza del amor
misericordioso de Dios, permitiéndonos levantarnos y reanudar el camino por la
senda del bien" (Benedicto XVI, Ángelus, 22-febrero-2009).
Javier
Sánchez Martínez
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