lunes, 8 de diciembre de 2014

HOY EN LA FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA



LA HORA DE GRACIA

8 de Diciembre

12 medio día:

"Quiero que al medio día de cada 8 de diciembre se celebre la hora gracia para todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzaran numerosas gracias para el alma y el cuerpo".
"Mira este corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colma de vituperios." Calló unos momentos y continuó: "Si todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación la misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de gracia".

Notando Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse le imploró fervorosamente:

"¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!". Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes, religiosos y a los pecadores.

Ella contestó: "Tengo preparado una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho Mis deseos". Con estas palabras se terminó la visión.

COMO HACER LA HORA DE GRACIA

Solicitud de nuestra santísima madre Rosa Mística para la Hora de Gracia: 1.- Día y Hora de Gracia: 8 de diciembre, Fiesta de la Inmaculada Concepción, inicio a las 12 del mediodía hasta la 1 de la tarde. 2.- Durante esta hora en casa o en la iglesia, evitar toda clase de distracciones, no contestar el teléfono, no abrir la puerta, no hacer nada en absoluto, sino estar con el cuerpo, con el corazón y el alma en actitud de oración y espera a recibir el torrente de gracia y bendición prometidas por nuestra Madre en esta Hora de Gracia. 3.- Comiencen la Hora de Gracia rezando tres veces el Salmo 51 con los brazos abiertos. 4.- Distribuir la hora entre espacios de oración, vocal o en silencio y/o frente al Santísimo, según cada cual haya dispuesto. Meditando en la pasión de Jesús, meditando en el Evangelio del día, rezando el santo rosario en Cenáculo, y/ o rosario de Lágrimas y Sangre.

Nuestra santa madre nos está dando la oportunidad de demostrar nuestro amor y confianza en Ella y ayudándonos a hacer reparación por los inconmensurables pecados que ofenden a su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que claman venganza del Cielo. Aprovechemos pues, esta Hora, para hacer descender sobre el mundo: un sano temor a Dios que nos lleve a la Paz del corazón, a un sincero arrepentimiento, a un hambre de Dios, que nos motive a la confesión y a comulgar frecuentemente, para crecer en la fe, en la esperanza y en el amor.

SALMO 51 (50) MISERERE

Ten piedad de mí, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.

Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra Ti, contra Ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.

Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.

Mira que en la culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.

Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría.

Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste Tú.

Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.

Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a Ti.

Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.

Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas.

El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

¡Favorece a Sión en tu benevolencia, reconstruye las murallas de Jerusalén!

Entonces te agradarán los sacrificios justos, --holocausto y oblación entera-- se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

Amén.

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