ESTÁS
NERVIOSO PORQUE NO SABES DÓNDE HAS DEJADO LAS LLAVES?
Solución
barata: Levántate y encuéntralas.
Solución
verdadera: Ponte en contacto con tus propios sentimientos, enfréntate con tu
nerviosismo, admítelo, acéptalo, abrázalo hasta que te calmes y vuelvas a
sentir paz. Luego sí, levántate, busca y recobra tus llaves. A fin de cuentas,
también las vas a necesitar.
UNA
VEZ UN PÁRROCO LES ESTABA PREDICANDO UN SERMÓN DE INFIERNO A SUS FELIGRESES CON
RAYOS Y CENTELLAS.
-Todos
vosotros moriréis, y cada uno de los miembros de esta parroquia habrá de
presentarse un día ante el Juez Eterno a dar cuenta de todo lo que ha hecho en
su vida con todos sus pecados, y someterse al castigo que el Justo Juez le
imponga. Atemorizaos y temblad!
Mientras
los fieles temblaban al unísono, alguien se hecho a reír desde el centro mismo
de la Iglesia. El párroco le increpó desde el púlpito:
-Estás loco, qué te ríes. Eres el único que no
se da cuenta de lo serio de la situación?
A
lo cual el buen hombre contestó:
-Es
que yo no soy de esta parroquia.
-Pues
ya lo sabéis. Aquí todos somos de la misma parroquia.
UNA
HISTORIA CON SEGUNDAS INTENCIONES.
Un
señor iba todos los días a comprar el periódico a un puesto cercano a su casa,
pero cuyo dueño era tan arisco que, al venderle el periódico, le insultaba y se
reia de él a diario. Un amigo de aquel señor lo notó y le dijo:
-Por
qué te empeñas en comprarle todos los días el periódico a ese vendedor que tan
mal te trata? A la misma distancia tienes otro puesto cuyo dueño es muy amable
y tendrá sumo gusto en proporcionarte todos los días el periódico sin que
tengas que someterte a los insultos de ese loco.
A
lo que la victima de los insultos contestó:
-Y
por qué ha de ser ese señor, que según tú me insulta, quien decida dónde he de
comprar yo el periódico?
Nota:
Entiendes?
A
VECES LA MEJOR MANERA DE DECIR LA VERDAD ES CON UNA MENTIRA.
Una
vez, un hombre estaba a punto de morir, y en sus últimos momentos expresó el
deseo de ver a su único hijo antes de fallecer. Buscaron al hijo, lo
encontraron y lo llevaron al lado del moribundo, que había perdido la facultad
de ver y hablar, pero aun podía oír y sentir. El hijo entró y llegó a su lado,
pero, al verle la cara de cerca, cayó en cuenta de que el moribundo no era su
padre. Alguien se había equivocado, y no había ya tiempo para emprender otra
búsqueda. Qué hacer en estas circunstancias? El supuesto hijo reaccionó
rápidamente, tomó la mano del moribundo entre las suyas, se inclinó con cariño
y le dijo al oído:
-Padre,
he llegado… soy tu hijo. Aquí me tienes a tu lado.
Una
sonrisa de felicidad iluminó el rostro del moribundo, y en paz murió con su
mano aun cogida a la de su supuesto hijo.
Nota:
Fue eso una verdad o una mentira?
UN
PASTOR APACENTABA SU REBAÑO EN LE CAMPO CUANDO UN FORASTERO SE ACERCÓ Y COMENZÓ
A HACERLE PREGUNTAS SOBRE LAS OVEJAS.
-Dime
– le preguntó – cuánto andan tus ovejas en un día aproximadamente.
El
pastor contestó:
-Se
refiere a las blancas o a las negras?
-Digamos
las blancas.
-Unos
cuantos kilómetros.
El
forastero volvió a preguntar:
-Y
las negras?
-Unos
cuantos kilómetros.
El
forastero volvió a preguntar:
-Y
cuánto comen?
-Se
refiere usted a las blanca o a las negras?
-
A las blancas.
-Como
tres kilos.
-Y
las negras?
-Tres
kilos.
El
forastero empezaba a escamarse, pero siguió preguntando:
-Y,
cuánta lana dan sus ovejas?
Al
pastor no se le olvidó precisar una vez más:
-
Las blanca o a las negras?
-
Veamos las blancas primero.
-Cinco
medidas al año, señor.
-Y
las negras?
-Cinco
medidas.
Con
esto se acabó la paciencia del forastero, que exclamó con justificada
indignación y sorpresa:
-Es
que usted me está tomando el pelo o qué? Yo te hago las preguntas bien claras y
directas sobre tus ovejas, y tú cada vez me haces decir que “a ver si es de las
blancas o las negras; y cuando te pregunto por separado, me das siempre
exactamente las misma respuesta para las unas como para las otras. Dime de una
vez: Hay alguna diferencia entre las blancas y las negras o no?
-Claro
que sí, señor – contestó el pastor con la serena sonrisa de la sabiduría
campesina en los labios – Las ovejas blancas son mías.
-Y
las negras? – preguntó el forastero para satisfacer una ultima curiosidad.
El
pastor, sin perder la sonrisa, contestó:
-Las
negras también son mías, señor.
Nota:
Y tú… cuántas veces hubieses preguntado?
EL
MEJOR AMIGO DEL HOMBRE ES… SU NARIZ
La
respiración consciente, el fijarse al inhalar y exhalar el aire, el ponerse a
tono con los ritmos del cuerpo… gran secreto de paz interior.
EL
ZEN DICE: Al comer, pensad en el comer.
Son
estos enfoque tan distintos? No es Jesús nuestro alimento? No es toda comida
símbolo de la Eucaristía? No está Dios presente en todo lo que comemos? No es
cada acto nuestro un acto de fe?
Nota:
Has lo que haces, y come cuando comes. “Jesús está contigo”
CADA
VEZ QUE TE QUEJAS DE ALGUIEN ESTÁS DICIENDO QUE TÚ ERES MEJOR QUE ÉL.
EL
DÍA QUE DIGAS, ESTOY LOCO YO… O ESTÁN LOCOS TODOS LOS DEMÁS? ESE DÍA HA
COMENZADO TU SALVACIÓN
SABEIS
LA HISTORIA DE LA BODA DE LOS ITALIANOS?
La
pareja andaba en busca de un lugar para la fiesta después de la ceremonia
religiosa, y, al no conseguir ningún
salón y temer un festejo al aire libre, porque podía llover, le pidieron al
párroco que les dejara tener la fiesta en la Iglesia misma después de la celebración
de la Misa y el Sacramento del matrimonio. El párroco accedió al final, después
de muchos ruegos, pues tenía sus dudas y sus miedos; y puso una condición
indispensable que ni se bebiera ni se bailara en la Iglesia.
Los
novios prometieron eso alegremente… y alegremente se olvidaron de ello. Cómo
puede concebirse una boda en Italia sin música y sin baile?
El
párroco oyó el barullo y fue a pararlo inmediatamente, pero antes llamó al
Vicario para que le ayudase a echar fuera de la Iglesia a los del festejo. El
Vicario le hizo reflexionar:
-“Piense
usted en Cana de Galilea. No era esa una boda con buen vino y, sin duda, buen
baile, en presencia de Jesús y María?
-Sí
– contestó el recio párroco – pero ahí no tenían el Santísimo Sacramento.
Nota:
Hay que tener ojos para ver a Jesús.
LA
HISTORIA DEL PACIENTE Y EL TERAPEUTA
EL
PACIENTE: Tengo una depresión.
EL
TERAPEUTA: De modo que tiene una depresión.
EL
PACIENTE: De hecho estoy pensando en suicidarme.
EL
TERAPEUTA: Creo oírle decir que está pensando en suicidarse.
EL
PACIENTE: Sí, en efecto, estoy pensando en tírame por la ventana ahora mismo.
EL
TERAPEUTA: Sí, le entiendo bien, dice que usted ésta pensando en tirarse por la
ventana.
El
paciente a la ventana y se tira: PLAF!
El
terapeuta se asoma a la ventana y repite: PLAF!
Acaba
la entrevista.
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