Esperando que esa unidad que a los cristianos de Medio Oriente les gustaría intentar de
anticipar valga verdaderamente para los cristianos de todo el mundo.
Los obispos católicos de Tierra Santa están considerando la posibilidad de celebrar la Pascua adoptando la fecha del calendario juliano, es decir, el que siguen las Iglesias de Oriente y del mundo ortodoxo. Y también han puesto una fecha para esta reforma: la Pascua de 2013. Una novedad cuyo objetivo sería hacer vivir a los cristianos, durante el mismo día en todo el Medio Oriente, la fiesta más importante del año litúrgico.
La noticia fue publicada hace unos días por la página web árabe cristiana abouna.org retomando una carta enviada a las comunidades locales por la Asamblea de los ordinarios católicos de Tierra Santa. Un texto en el que se explica que se trató el tema durante la última sesión de trabajo de este organismo que reúne al patriarca latino y al custodio de Tierra Santa con los obispos melquitas, maronitas, armenios, asirios y caldeos con jurisdicción en las comunidades que viven en Israel, Palestina, Jordania y Chipre. La carta precisa que todavía se trata de una hipótesis sobre la cual se está reflexionando; pero si al final ésta fuera verdaderamente la decisión, ya a
partir del próximo año las comunidades latinas de Tierra Santa celebrarán la pascua en un día diferente respecto a los católicos de todo el mundo. Como se sabe, las Iglesias de Oriente siguen todavía el calendario juliano, es decir, el precedente a la reforma gregoriana, introducida por el papa Gregorio XIII en 1582. Y la diferencia más marcada se ve precisamente en el hecho de que la
Pascua se celebra la mayor parte de las veces en domingos diferentes. La diferencia puede ser de una semana como sucederá este año, con la Pascua gregoriana el 8 de abril y la Juliana el 15 de abril. Pero hay años en los cuales la distancia entre las dos fechas llega incluso cinco semanas más tarde.
Todo esto representa desde siempre un problema en Medio Oriente, donde los cristianos son una pequeña comunidad al lado de los judíos y musulmanes: en un contexto de este tipo las divisiones pesan evidentemente todavía más y a veces involucran incluso a personas de la misma familia. Del mismo modo ya en el Orientalium Ecclesiarum – el documento del Concilio Vaticano II sobre las Iglesias Orientales- se planteaba el problema invitando a llegar a través del camino ecuménico a la definición de una única fecha para la Pascua. Y también el Sínodo para el Medio Oriente, en el 2010, relanzó este gran objetivo, de cuyo cumplimiento Benedicto XVI mismo ha expresado más di una vez su deseo. A la espera, sin embargo, de un acuerdo más general entre católicos y ortodoxos, los obispos de Tierra Santa ahora parecen tener la intención de dar una fuerte
señal en esta dirección. Por lo tanto, si la idea llegase verdaderamente a buen puerto, en Jerusalén en el 2013, para los católicos de rito latino la Pascua saltaría del 31 de marzo al 5 de mayo. Además hay que tener presente que entre los cristianos de Tierra Santa, los de rito oriental son la amplia mayoría; por lo tanto si el objetivo es hacer visible la unidad en el contexto local es
mucho más lógica la adhesión al calendario juliano.
Hay que añadir que no se trata de una novedad absoluta: en Jordania, por ejemplo, desde 1979 los cristianos de todas las confesiones celebran las principales fiestas el mismo día. Fue elegida para la Navidad la fecha del 25 de diciembre - es decir, la fecha del calendario gregoriano - y para la Pascua el domingo fijado en el calendario juliano. Gracias a este acuerdo, para los cristianos se ha hecho más simple reivindicar el derecho a poder celebrar sus propias fiestas. El mismo sistema también ha sido adoptado en algunas ciudades de Palestina (por ejemplo en Ramallah) y desde este año se hará también en la parroquia latina de Haifa, la gran ciudad del Norte de Israel. Por lo tanto, el objeto de la reflexión es la extensión de una praxis pastoral que ya ha sido
experimentada.
El verdadero problema son las grandes basílicas de Jerusalén y Belén: sería un poco paradójico que precisamente mientras los católicos de todo el mundo celebran los ritos de Pascua y miles de peregrinos llenan la Ciudad Vieja, en el Santo Sepulcro no se celebraran los ritos del Triduo Pascual, del Viacrucis y la Vigilia de Resurrección. Además hay que añadir que cuando - por una mera coincidencia de calendarios - las dos Pascuas coinciden el mismo día, no es de hecho fácil conciliar el movimiento de los diversos ritos en esa "comunidad" compleja y a veces un poco borrascosa que es la basílica construida en torno al sepulcro vacío de Jesús. Por lo tanto, no queda excluido efectivamente que los obispos católicos de Tierra Santa decidan mantener de todos modos en las basílicas también la celebración de la Pascua según el calendario gregoriano, en nombre de la vocación universal de Jerusalén.
Esperando que esa unidad que a los cristianos de Medio Oriente les gustaría intentar de anticipar valga verdaderamente para los cristianos de todo el mundo.
Autor: Giorgio Bernardelli
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