Hoy, como el 25 coincidía con el 5º Domingo de cuaresma, celebramos litúrgicamente la
Anunciación a María. El centro, lo fundamental que celebramos hoy, es el SÍ de María. Un sí que cambiaría su vida y la nuestra. Un sí a Dios que es un sí a la vida.
Vivir la vida como lo hizo María, es vivirla como un SÍ. Vivirla como una entrega.
Necesitamos estar atentos a esas peticiones que nos da la vida. A lo largo del día nos encontraremos con diversas ocasiones en que nos encontraremos ante un dilema: mi ego o los otros. Encerrarme en mi caparazón o entregarme a los otros. Vivir para mí o para los demás.
Responder SÍ al Amor, a la entrega, es responder SÍ a la vida, porque sólo el Amor es creador...Porque, aunque no lo conozcamos, nos parezca ausente, esté en silencio...Dios es Amor.
Muchas veces pensamos, que la espiritualidad es algo misterioso, reservada a unos pocos seres privilegiados a los que les acontecen hechos extraordinarios. La espiritualidad es vivir la
cotidianidad abiertos a la vida, abiertos a la entrega, abiertos al sí. Una flor, la sonrisa de alguien que cruzamos en la calle, el llanto de un niño...son llamadas de Dios que esperan nuestro SÍ. Una enfermedad nuestra o de un ser querido, los sin techo, las víctimas de la injusticia...son llamadas de Dios que esperan nuestro SÍ a la vida...
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