El caso es que cuando se acostaba para dormir, al poco rato sentía que alguien se le echaba encima. Esto la dejaba inmóvil y con mucho esfuerzo lograba que la dejara. El ente lo hacia todas las noches hasta que días antes de visitarnos – cuenta la joven – sintió que el ente la penetró.
Preguntando y buscando en Internet dio con mi Columna y nos visitó. Le pedimos al Señor que
la liberara y desde esa misma noche hasta el viernes 10 que nos volvió a visitar todo volvió a la normalidad. Ya agradecimos a Dios y le dimos glorias por su misericordia… venció nuevamente la Sangre de Cristo y el Manto de María.
¡Gracias Señor! ¡Gloria a Dios!
Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor”
José Miguel Pajares Clausen
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