Sí - dijo el Anacoreta - pero esto no implica que hemos de hacerlo todo, probarlo todo,
vivirlo todo, tenerlo todo...
Miro a su joven seguidor y añadió:
- Eso implica que lo que vivimos lo hemos de vivir con plenitud. Que vale más la
calidad que la cantidad...
Se detuvo unos instantes y concluyó:
- Si en nuestra sociedad hubiésemos puesto el esfuerzo en vivir con plenitud lo que nos
toca vivir, en vez de querer vivirlo todo, nos habríamos evitado la mayoría de
los problemas que ahora nos acosan...
Y volvió concentrado a sus ocupaciones...
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