Limosna, ayuno y abstinencia. Estas son las tres actitudes que asociamos a la Cuaresma.
Las tres unidas nos llevan al núcleo de la espiritualidad: acción y contemplación. Entrega e interioridad.
La limosna es algo más que dar un dinero. Es nuestra entrega total a los demás: dinero, tiempo, fuerzas, amor...Es solidaridad y donación. Es hacer del Amor algo concreto, no una teoría o un mero sentimiento.
Ayuno y abstinencia tampoco se refieren tan sólo a los alimentos. Debemos ayunar y abstenernos de las cosas superfluas, de todo lo que significa injusticia, egoísmo, violencia...Ayunar para que otros coman...
Los cristianos, si queremos aprovechar la Cuaresma, debemos intentar ser más solidarios y buscar lo esencial en nuestro interior. Esas deben ser nuestras limosnas, nuestro ayuno y nuestra abstinencia.
En estos días Él nos llevará al desierto y nos hablará al corazón. Nos dirá una palabra: Ama...
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