Viendo el Anacoreta que su joven seguidor estaba muy preocupado por encontrar respuesta a
todo, se levantó, tomó un libro de la estantería y leyó:
- Mira lo que dice Rilke en "Cartas a un joven poeta": "Mire de amar las preguntas como si fueran habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma extraño. No busque ahora las respuestas; no le pueden ser dadas, no las podría vivir. Y se trata de esto, de vivirlo todo. Ahora viva las preguntas".
Y levantando los ojos del libro concluyó:
- No es que las respuestas no importen, pero hay que encontrarlas en su momento. Mientras
tanto, hemos de profundizar en las preguntas. Mantener los interrogantes abiertos nos ayuda a estar despiertos, a buscar, a crear...
Y volvió a depositar el libro en la estantería...
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