Cada vez hay más personas que no encuentran nada divertido en el estilo de vida gay, ni quieren tener sentimientos homosexuales.
(...) Sufren y se plantean si vale la pena vivir. Se encuentran encadenados por unas atracciones que nunca buscaron, y anhelan otro tipo de existencia Altozano fue directo a la yugular en su “Dando caña” de Intereconomía TV y me preguntó sin remilgos: “¿Cuánto dinero has pagado al lobby gay por esta extraordinaria campaña de promoción de Cohen y de su libro?”. También en el mundo gay se hacen esa misma pregunta, y no creo que el Arriola de turno hubiera planificado una campaña de lanzamiento de “Comprender y sanar la homosexualidad” (LibrosLibres)
tan eficaz y con un coste económico tan pequeño como el que nos han brindado desde el lobby gay.
Pero más allá de la difusión del libro, que siempre debe tener en cuenta un editor en época de crisis, lo importante es el debate que se ha generado en la opinión pública. ¿Puede una persona homosexual cambiar sus sentimientos? ¿Es posible esa transición de la homosexualidad a la heterosexualidad? ¿Es verdad que la ciencia afirma que no se nace homosexual? Hasta ahora era tabú contradecir el pensamiento único de la ideología gay. No había ningún osado que
se atreviera a rechistar sus planteamientos ante el miedo de ser tildado de “homófono”; palabra mágica que te sataniza de por vida y te convierte en un apestado de lo políticamente correcto.
Pero la realidad se impone, y de la misma forma miles de personas se han sentido humilladas, ridiculizadas y rechazadas por su orientación sexual durante décadas, ahora ocurre lo mismo pero al revés. Los que antes reclamaban tolerancia para su estilo de vida, actualmente lo niegan para los que no siguen sus dictados. ¿Cuál es el problema? Que cada vez hay más personas que no encuentran nada divertido en el estilo de vida gay, ni quieren tener sentimientos homosexuales ni bailar al son del Orgullo Gay. Sufren y se plantean si vale la pena vivir. Se encuentran encadenados por unas atracciones que nunca buscaron, y anhelan otro tipo de existencia.
Y lo mejor es que hay un camino fiable para cambiar esos sentimientos. Ese trayecto ya lo han recorrido miles de personas en todo el mundo. Cohen es de los pioneros. Él sentía atracción por personas de su mismo sexo, pero algo en su interior le decía que podía cambiar esos sentimientos y tener mujer e hijos.
Su testimonio lo plasmó en el libro de la polémica. Puedo dar fe de que el libro de Cohen ha iluminado a muchos de sus lectores y les ha dado una esperanza de que otro tipo de vida es posible.
Álex Rosal
No hay comentarios:
Publicar un comentario