miércoles, 17 de junio de 2009

SAMUEL L. JACKSON: "TODO SE LO DEBO A DIOS"


Gracias a Él abandonó sus adicciones.

El gran actor ha contado sin vergüenza cómo su conversión le ayudó a superar sus adicciones al alcohol y a la cocaína. Desde entonces, cada mañana le pide «a Dios fuerza para no beber ni tomar drogas ese día». Y le funciona. Lleva quince años sin beber.

M.V. /La Razón.- Con más de 80 películas a sus espaldas, Samuel L. Jackson es uno de los actores más duros del cine norteamericano. Fetiche del director Quentin Tarantino, con quien ganó un Oscar por «Pulp Fiction», es el actor que más dinero ha recaudado en su extensísima carrera, pero, ante todo, es un hombre agradecido a Dios.

Según relata en una entrevista concedida a la revista «Pantalla semanal», su conversión le ayudó a salir del infierno de adicciones en el que vivía, enganchado al alcohol y a la cocaína hasta llegar al ingreso por sobredosis. «El simple hecho de estar aquí ahora y no estar borracho tirado en la calle o completamente drogado se lo debo a Dios», confiesa.

«Yo tuve la oportunidad de ver la luz. A veces la fe es importante para mantenerse sereno en los momentos de tentación», afirma. «Yo no he vuelto a tomar una copa en quince años. Probablemente podría beber sólo una copa de champán y estar bien, pero mi historial dice que cuando he abierto una botella de champán me he sentado hasta que he terminado con ella. Jamás he podido beber sólo una copa y eso me lo tengo que recordar día a día. Es una de las primeras cosas que hago por la mañana, pedirle a Dios fuerza para no beber ni tomar drogas ese día», sostiene.

Jackson ha participado, junto con actores cristianos de la talla de Angela Bassett, Cuba Gooding Jr, Denzel Washington o Forest Whitaker, en una espectacular versión sonora de la Biblia, («The Bible Experience») que se puede descargar en Internet en su versión para Ipod.

«Creo que Dios puede cuidar de todo el mundo», asegura. «Todo sucede por una razón determinada, no sé si para cumplir un destino o porque en la vida hay una serie de oportunidades que se presentan y dependiendo de cada decisión sigues un camino u otro», sostiene. «Yo, desde luego, rezo cada día por todo lo que tengo, merece la pena», concluye.
Publicado el 17 Junio 2009

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