viernes, 9 de enero de 2009

UNA HORA DE TU TIEMPO


§ Papá… ¿cuánto ganas por hora?”
El padre dirigió un gesto muy severo al niño y repuso:
§ No me molestes, que estoy cansado
§ Pero... papá – insistía - dime, por favor, ¿cuánto ganas por hora?”
La reacción del padre fue menos severa. Solo contestó:
§ Ocho pesos por hora
§ Papá… ¿me podrías prestar cuatro pesos?”
El padre montó en cólera y le dijo:
§ Vete a dormir y no me molestes

Había caído la noche. El padre había meditado lo sucedido y se sentía culpable y, queriendo descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo. En voz baja preguntó al pequeño:
§ “¿Duermes hijo mío?”
§ Dime Papá...” - contestó entre sueños.
§ Aquí tienes el dinero que me pediste- respondió el Padre.
El pequeño le dio las gracias y metiendo su manito bajo la almohada sacó unos billetes:
§ Ahora ya completé el dinero... tengo ocho pesos. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo…?”

Nota: ¿Cuánto vale una hora de tu tiempo?

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