Un joven muchacho entró apresuradamente dentro de una estación de servicio y le preguntó al encargado si tenía un teléfono público.
· “Seguro, allí está” - el encargado asintió con la cabeza.
El muchacho introdujo algunas monedas, marcó un número y esperó la respuesta. Finalmente alguien le contestó.
· “¡Aló, señor! - dijo con voz profunda - ¿podría serle útil un muchacho honesto, buen trabajador, para trabajar con usted?”
El muchacho introdujo algunas monedas, marcó un número y esperó la respuesta. Finalmente alguien le contestó.
· “¡Aló, señor! - dijo con voz profunda - ¿podría serle útil un muchacho honesto, buen trabajador, para trabajar con usted?”
El encargado no pudo evitar oír la pregunta. Después de unos instantes, el muchacho dijo:
· “¡Oh, usted ya tiene un muchacho joven, honesto y buen trabajador! Bueno, está bien. Igualmente gracias”
Con una amplia sonrisa de oreja a oreja, cortó la comunicación y volvió a su coche, cantando eufóricamente.
· “¡Eh, permíteme un minuto! - lo llamó el encargado de la estación - no pude evitar escuchar tu conversación. ¿Por qué estás tan contento? Yo pensé que el hombre te había dicho que ya tenía a alguien y no te necesitaba”
El muchacho sonrió.
· “Bueno, verá usted, yo soy el muchacho honesto y trabajador. ¡Estaba solamente controlando mi trabajo!”
Colosenses 3:23: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
· “¡Oh, usted ya tiene un muchacho joven, honesto y buen trabajador! Bueno, está bien. Igualmente gracias”
Con una amplia sonrisa de oreja a oreja, cortó la comunicación y volvió a su coche, cantando eufóricamente.
· “¡Eh, permíteme un minuto! - lo llamó el encargado de la estación - no pude evitar escuchar tu conversación. ¿Por qué estás tan contento? Yo pensé que el hombre te había dicho que ya tenía a alguien y no te necesitaba”
El muchacho sonrió.
· “Bueno, verá usted, yo soy el muchacho honesto y trabajador. ¡Estaba solamente controlando mi trabajo!”
Colosenses 3:23: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
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