Tomando esta expresión de J.B.Metz, así titula Juan Martín Velasco uno de los capítulos de su libro "¡Ojalá escuchéis hoy su voz!".
Sigo con la idea del post de ayer. El término mística, es rechazado por algunos, pensando que puede desembocar en una religión "espiritualista", desencarnada, de personas encerradas en si mismas. Pero no es esa la idea real de mística. De ahí que sea pertinente ese añadido, "de ojos abiertos", para que no exista confusión.
La verdadera mística es la de "ojos abiertos" a las necesidades del mundo. Es más, el verdadero encuentro con Dios lleva a abrir los ojos al otro. Pondré dos ejemplos.
El primero del A.T. Moisés tiene un encuentro con Dios en la zarza ardiente. Ese encuentro es la orden "ve a liberar mi pueblo".
El segundo del N.T. Pablo se encuentra con Dios en el desierto camino de Damasco. La consecuencia es la dedicación total de su vida a la predicación, desde ese momento
Karl Rahner escribió, que el cristiano del siglo XXI será místico o no será cristiano, precisamente en este sentido. Si somos capaces de hacer el silencio en nosotros, de ser contemplativos, de vivir constantemente en la presencia de Dios, seremos personas volcadas a los demás. Porque a Dios se le encuentra en el otro, en el necesitado. No podemos amar a Dios sin sentirnos empujados a amar a los hombres.
Joan Josep Tamburini
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